martes, 26 de enero de 2021


Los 7 misterios del Antiguo Testamento, revelados en el Nuevo Testamento.



Introducción

En el Nuevo Testamento encontramos la revelación de siete misterios, que estuvieron ocultos en el Antiguo Testamento. Bíblicamente hablando, un misterio es un término técnico que hace referencia a una verdad que estuvo oculta durante el Antiguo Testamento. En el Nuevo Testamento encontramos que estos misterios fueron revelados por el Espíritu Santo al Apóstol Pablo. Vamos a estudiar que Pablo nos revela siete misterios en sus cartas apostólicas, misterios que Dios mantuvo ocultos por siglos, pero que luego Él mediante el Espíritu Santo, los reveló para que fueran manifestados a sus santos; o sea, a su Iglesia. El Apóstol Pablo en su primera carta a los corintios escribió:

"Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios." 1 Corintios 4:1

Para cumplir con esto que Pablo les escribió a los corintios, es necesario conocer, cuáles son los misterios que Dios nos ha revelado mediante su Palabra. No podemos ser administradores de los misterios de Dios, si no los conocemos. Los siete misterios se relacionan con la Gracia de Dios.

¿Cuáles son esos siete misterios? En esta serie de estudios, vamos a revisar esos siete misterios, y vamos a comenzar con el primero de ellos.


Misterio de la piedad

"Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte, para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad.
E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad:
Dios fue manifestado en carne,
Justificado en el Espíritu,
Visto de los ángeles,
Predicado a los gentiles,
Creído en el mundo,
Recibido arriba en gloria."

1 Timoteo 3:14-16 

El misterio de la piedad, se trata de la encarnación de Dios. Dios hecho hombre, manifestado en carne en la persona de Jesucristo.

"Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia; de la cual fui hecho ministro, según la administración de Dios que me fue dada para con vosotros, para que anuncie cumplidamente la palabra de Dios, el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos, a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria, a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre; para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí." Colosenses 1:24-29

Este misterio también involucra la gracia de Dios, ese regalo no merecido, que Dios otorgó a la humanidad.

"Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero. En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas. Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos. A éstos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles." 1 Pedro 1:3-12

En el texto anterior podemos leer, cómo Dios le manifestó a los profetas el misterio de su gracia salvadora, pero ellos no comprendieron el misterio, pues Dios les había revelado algo que sería para nosotros y que ellos tenían velado.

El profeta Isaías escribió la profecía sobre el Mesías, esa manifestación de la gracia salvadora de Dios, prometida desde Adán y Eva.

"Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto." Isaías 9:6-7

 

¿Cuál fue el propósito de Dios para manifestarse en carne humana?

"Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado." Hebreos 4:15
Dios se manifestó en carne, en la persona de Jesucristo, para ser nuestro sumo sacerdote, que sufrió las tentaciones, así como nosotros, pero sin pecado. El texto dice que Él puede compadecerse de nuestras debilidades, porque fue tentado en todo según nuestra semejanza; pero con la gran diferencia de que Él no pecó.

El nombramiento de sumo sacerdote no se lo adjudicó Jesús a sí mismo, sino que el Padre le dio esa distinción.

"Y nadie toma para sí esta honra, sino el que es llamado por Dios, como lo fue Aarón. 

Así tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote, sino el que le dijo:
Tú eres mi Hijo,
Yo te he engendrado hoy.

Como también dice en otro lugar:
Tú eres sacerdote para siempre,
Según el orden de Melquisedec.

Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen; y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec." Hebreos 5:4-10

El misterio de la piedad, también involucra la doble naturaleza de Jesús. El Hijo de Dios, como hombre al 100% y como Dios al 100% un misterio que aún nuestra mente finita no logra comprender del todo, pero que por la fe, que Dios mismo nos ha dado, hemos aceptado este misterio revelado en Jesús, el Hijo del Hombre, Dios con nosotros, el Emmanuel anunciado por los profetas.

El cumplimiento de la profecía que hablaba de este misterio de la encarnación de Dios, se revela en lo escrito por el profeta Isaías.
"Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel." Isaías 7:14

El cumplimiento de esta profecía es descrito por Mateo en su evangelio.

"He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros." Mateo 1:23

Jesús nació como un niño y se desarrolló como cualquier otro ser humano, hasta alcanzar la edad adulta e iniciar su ministerio en la tierra, proclamando el reino de Dios.

"Después de haber cumplido con todo lo prescrito en la ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él." Lucas 2:39-40

El propósito de la encarnación de Dios en la persona de Jesucristo, también involucra su sacrificio en la cruz del Calvario, como un acto de expiación por nuestros pecados.

"Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre." Filipenses 2:5-11

 

Conclusión

El Apóstol Pablo nos ha revelado lo que él recibió del Espíritu Santo, en cuanto al misterio del Antiguo Testamento, relacionado con la venida del Mesías. Dios se encarnó en la segunda persona de la Trinidad, Jesús fue concebido sobrenaturalmente, pero nació de forma natural. Nació como un bebé, pero se fue desarrollando y creciendo como cualquiera de nosotros. La diferencia radica en que Jesús no pecó y tuvo doble naturaleza, la humana y la divina. Sin embargo, Él no usó su naturaleza divina para enfrentar el pecado, lo hizo como hombre. Este misterio de la piedad, que involucra la gracia salvadora de Dios, estuvo velado por siglos, aún los profetas no comprendieron cómo sería el cumplimiento de sus profecías. Ahora el Espíritu Santo ha revelado este gran misterio y el Apóstol Pablo nos lo ha dado a conocer para la honra y gloria de nuestro Señor y Salvador Jesús el Hijo de Dios.

Para la próxima publicación estaremos estudiando el segundo misterio, hasta entonces, que Dios les bendiga!