sábado, 4 de marzo de 2023

Ezequiel capítulo 5

 


La señal de los pelos de Ezequiel.


Introducción.

Esta semana corresponde el estudio del capítulo 5 de Ezequiel. Como estudiamos la semana pasada, con el capítulo 4, se da inicio a una serie de señales, por medio de las cuales, se notificará al pueblo, un mensaje de parte de Dios. En este capítulo 5, estaremos viendo otra señal de parte del profeta, para llevar un mensaje a su pueblo, relacionado nuevamente con la ciudad de Jerusalén.


Ezequiel se afeita su cabeza y barba.

Dios gira instrucciones al profeta para que éste se afeite la cabeza y la barba, señal que tiene un propósito. Leamos el primer versículo del capítulo 5:
"Y tú, hijo de hombre, tómate un cuchillo agudo, toma una navaja de barbero, y hazla pasar sobre tu cabeza y tu barba; toma después una balanza de pesar y divide los cabellos." Ezequiel 5:1

Raparse la cabeza era una señal de aflicción, de duelo o de vergüenza. El profeta Isaías, en su profecía sobre Moab dijo:

"Profecía sobre Moab. Cierto, de noche fue destruida Ar de Moab, puesta en silencio. Cierto, de noche fue destruida Kir de Moab, reducida a silencio. Subió a Bayit y a Dibón, lugares altos, a llorar; sobre Nebo y sobre Medeba aullará Moab; toda cabeza de ella será rapada, y toda barba rasurada." Isaías 15:1-2

De igual manera el profeta Jeremías, profetizando también sobre Moab, dijo:

"Por tanto, mi corazón resonará como flautas por causa de Moab, asimismo resonará mi corazón a modo de flautas por los hombres de Kir-hares; porque perecieron las riquezas que habían hecho. Porque toda cabeza será rapada, y toda barba raída; sobre toda mano habrá rasguños, y cilicio sobre todo lomo." Jeremías 48:36-37

En los textos anteriores el raparse la cabeza y la barba, fue una señal de aflicción y duelo. En el siguiente texto, se trata de una acción realizada contra los siervos de David, lo cual les produjo vergüenza.

"los príncipes de los hijos de Amón dijeron a Hanún su señor: ¿Te parece que por honrar David a tu padre te ha enviado consoladores? ¿No ha enviado David sus siervos a ti para reconocer e inspeccionar la ciudad, para destruirla? Entonces Hanún tomó los siervos de David, les rapó la mitad de la barba, les cortó los vestidos por la mitad hasta las nalgas, y los despidió." 2 Samuel 10:3-4

En el caso de Ezequiel, esta era una acción inusual para un sacerdote. El pueblo vería extraño que Ezequiel, siendo del linaje sacerdotal, realizara una acción de este tipo. ¿Qué significado tenía esto? ya que el profeta realizó esta acción en público, a la vista del pueblo.

Después de raparse la cabeza y la barba, Ezequiel debía separar en tres grupos los cabellos y realizar con cada grupo lo que Dios le dijo.

"Una tercera parte quemarás a fuego en medio de la ciudad, cuando se cumplan los días del asedio; y tomarás una tercera parte y la cortarás con espada alrededor de la ciudad; y una tercera parte esparcirás al viento, y yo desenvainaré espada en pos de ellos. Tomarás también de allí unos pocos en número, y los atarás en la falda de tu manto. Y tomarás otra vez de ellos, y los echarás en medio del fuego, y en el fuego los quemarás; de allí saldrá el fuego a toda la casa de Israel." Ezequiel 5:2-4

Esta separación de los cabellos de Ezequiel, representaba el destino de un grupo de los cautivos. La tercera parte que quemó a fuego dentro de la ciudad, representaba a la parte del pueblo que iba a permanecer sitiado y quemado con fuego, dentro de la ciudad, al momento de su destrucción. El segundo grupo de cabellos que fue cortado con espada, alrededor de la ciudad,  representaba a los que vivían al momento del sitio, serían cortados y desmenuzados a espada. Finalmente, el tercer grupo de cabellos sería esparcido al viento. Este último grupo representa a los que huirían hacia Egipto, llevando consigo al profeta Jeremías. De ese tercer grupo, Ezequiel recibió la instrucción de tomar unos pocos, y atarlos en la falda de su manto, esto representaba a los pocos que al final regresarían a la ciudad.


La razón del juicio sobre Jerusalén.

Ahora continuando con el texto del capítulo 5, estudiaremos las razones por las cuales, viene el juicio sobre la ciudad de Jerusalén:

"Así ha dicho Jehová el Señor: Esta es Jerusalén; la puse en medio de las naciones y de las tierras alrededor de ella. Y ella cambió mis decretos y mis ordenanzas en impiedad más que las naciones, y más que las tierras que están alrededor de ella; porque desecharon mis decretos y mis mandamientos, y no anduvieron en ellos. 
Por tanto, así ha dicho Jehová: ¿Por haberos multiplicado más que las naciones que están alrededor de vosotros, no habéis andado en mis mandamientos, ni habéis guardado mis leyes? Ni aun según las leyes de las naciones que están alrededor de vosotros habéis andado.  Así, pues, ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo estoy contra ti; sí, yo, y haré juicios en medio de ti ante los ojos de las naciones. Y haré en ti lo que nunca hice, ni jamás haré cosa semejante, a causa de todas tus abominaciones. Por eso los padres comerán a los hijos en medio de ti, y los hijos comerán a sus padres; y haré en ti juicios, y esparciré a todos los vientos todo lo que quedare de ti. Por tanto, vivo yo, dice Jehová el Señor, ciertamente por haber profanado mi santuario con todas tus abominaciones, te quebrantaré yo también; mi ojo no perdonará, ni tampoco tendré yo misericordia. Una tercera parte de ti morirá de pestilencia y será consumida de hambre en medio de ti; y una tercera parte caerá a espada alrededor de ti; y una tercera parte esparciré a todos los vientos, y tras ellos desenvainaré espada.

Y se cumplirá mi furor y saciaré en ellos mi enojo, y tomaré satisfacción; y sabrán que yo Jehová he hablado en mi celo, cuando cumpla en ellos mi enojo.  Y te convertiré en soledad y en oprobio entre las naciones que están alrededor de ti, a los ojos de todo transeúnte.  Y serás oprobio y escarnio y escarmiento y espanto a las naciones que están alrededor de ti, cuando yo haga en ti juicios con furor e indignación, y en reprensiones de ira. Yo Jehová he hablado. Cuando arroje yo sobre ellos las perniciosas saetas del hambre, que serán para destrucción, las cuales enviaré para destruiros, entonces aumentaré el hambre sobre vosotros, y quebrantaré entre vosotros el sustento del pan." Ezequiel 5:5-16

Ezequiel transmitió el mensaje y su significado con claridad, sin embargo, su advertencia fue desatendida. Dios juzgará a la ciudad de Jerusalén por haber desechado sus decretos, estatutos y mandamientos, y haberse comportado peor que las naciones a su alrededor. Ni siquiera cumplieron las leyes de los pueblos alrededor de ella. El Señor declara estar en contra de la ciudad, y por lo tanto, su juicio vendrá sobre ella, y las naciones verían todos los juicios que caerían sobre la ciudad. Debido a las abominaciones que el pueblo realizó, Dios traería sobre ellos horrores durante el asedio, lo cual incluía la práctica del canibalismo, al comerse entre ellos, por la falta de alimento. Ya el profeta Jeremías les había advertido sobre esto y aún así no prestaron atención a la voz del profeta.

"Pondré a esta ciudad por espanto y burla; todo aquel que pasare por ella se asombrará, y se burlará sobre toda su destrucción.  Y les haré comer la carne de sus hijos y la carne de sus hijas, y cada uno comerá la carne de su amigo, en el asedio y en el apuro con que los estrecharán sus enemigos y los que buscan sus vidas." Jeremías 19:8-9
"Más dichosos fueron los muertos a espada que los muertos por el hambre;
Porque estos murieron poco a poco por falta de los frutos de la tierra.
Las manos de mujeres piadosas cocieron a sus hijos;
Sus propios hijos les sirvieron de comida en el día del quebrantamiento de la hija de mi pueblo." Lamentaciones 4:9-10
También Dios, hablándoles por medio de Moisés, cuando les entregó la Ley, les había advertido de las consecuencias de no guardar su pacto, siendo desobedientes.
"yo procederé en contra de vosotros con ira, y os castigaré aun siete veces por vuestros pecados. Y comeréis la carne de vuestros hijos, y comeréis la carne de vuestras hijas." Levítico 26:28-29

Moisés también les recordó las consecuencias de no guardar el pacto con Dios. 

"Pondrá sitio a todas tus ciudades, hasta que caigan tus muros altos y fortificados en que tú confías, en toda tu tierra; sitiará, pues, todas tus ciudades y toda la tierra que Jehová tu Dios te hubiere dado. Y comerás el fruto de tu vientre, la carne de tus hijos y de tus hijas que Jehová tu Dios te dio, en el sitio y en el apuro con que te angustiará tu enemigo." Deuteronomio 28:52-53

 Finalizamos el presente estudio del capítulo 5, con el versículo 17, en el cual leemos:

"Enviaré, pues, sobre vosotros hambre, y bestias feroces que te destruyan; y pestilencia y sangre pasarán por en medio de ti, y enviaré sobre ti espada. Yo Jehová he hablado." Ezequiel 5:17


Conclusión.

El mensaje de Dios para su pueblo, fue presentado por Ezequiel, sin embargo, fue desatendido. Desde el Monte Sinaí, Dios había dejado claro, las bendiciones que el pueblo recibiría, si era fiel al pacto con Él. De igual manera, les había indicado, las consecuencias de la desobediencia. Sin embargo, el pueblo no cumplió con su palabra dada a Dios en el Sinaí, cuando les respondieron que todo lo dicho por Jehová, harían.

"Entonces vino Moisés, y llamó a los ancianos del pueblo, y expuso en presencia de ellos todas estas palabras que Jehová le había mandado. Y todo el pueblo respondió a una, y dijeron: Todo lo que Jehová ha dicho, haremos. Y Moisés refirió a Jehová las palabras del pueblo." Éxodo 19:7-8

Esta experiencia del pueblo de Israel, debe ser una advertencia para nosotros, el día de hoy. El juicio de Dios no se debe tomar a la ligera. La Gracia y Misericordia de Dios, es lo que ha impedido que su juicio venga sobre nosotros, sin embargo, llegará el día en que, Dios juzgará a la humanidad. El único medio para evitar el juicio condenatorio de Dios, es ponerse a cuentas con Él. Jesucristo vino a esta tierra, enviado por el Padre, para brindar Salvación y Vida Eterna, a todo aquel que crea en Él. El que cree tiene vida eterna y ha pasado de muerte a vida, y no será condenado. El apóstol Pablo en su carta a los Romanos, escribió: 

"Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu." Romanos 8:1
Pero si rechazamos de manera consciente, este regalo de Gracia, de parte de Dios, ya ha sido condenado, el apóstol Juan escribió:
"Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios." Juan 3:17-18
Hasta aquí el estudio de hoy, espero que le sea de bendición. Si usted, aún no ha tomado una decisión por Jesucristo, no espere más, mañana puede ser demasiado tarde. ¡¡Dios les bendiga!!


 

lunes, 27 de febrero de 2023

Ezequiel capítulo 4

 


Asedio simbólico de Jerusalén.


Introducción.

Hoy iniciamos en el capítulo 4 de Ezequiel, donde el profeta recibe las instrucciones de parte de Dios, sobre cómo debe actuar ante el pueblo de Israel. La profecía sobre el asedio de que será objeto la ciudad de Jerusalén. En el estudio anterior, vimos que al profeta se le quita la facultad de hablar, por lo tanto, en este capítulo veremos al profeta actuando las parábolas de lo que va a acontecer. Para este tiempo, Jerusalén aún no había sido destruida. Los falsos profetas decían al pueblo que regresarían en paz a su tierra pronto. Pero Ezequiel confirmaría las palabras de Jeremías, de que no regresarían y que Jerusalén sería destruida.

El juicio sobre Jerusalén.

Ezequiel va a demostrar al pueblo que la paz no es una esperanza, por el contrario, lo que se avecina es la destrucción de la ciudad de Jerusalén. Leamos ahora los primeros tres versículos del capítulo 4.

"Tú, hijo de hombre, tómate un adobe, y ponlo delante de ti, y diseña sobre él la ciudad de Jerusalén. Y pondrás contra ella sitio, y edificarás contra ella fortaleza, y sacarás contra ella baluarte, y pondrás delante de ella campamento, y colocarás contra ella arietes alrededor. Tómate también una plancha de hierro, y ponla en lugar de muro de hierro entre ti y la ciudad; afirmarás luego tu rostro contra ella, y será en lugar de cerco, y la sitiarás. Es señal a la casa de Israel." Ezequiel 4:1-3

 

A pesar de que Ezequiel no podía hablar, debía dar a conocer al pueblo, el mensaje de parte de Dios, relacionado con la ciudad de Jerusalén. Mediante el uso de actos dramatizados y mímica, el profeta se las ingenió para transmitir el mensaje a los cautivos. 

El adobe, era un ladrillo de arcilla o barro, cocido al sol, usado comúnmente para escribir. En estos ladrillos se guardaban los archivos babilónicos. Muchos de estos ladrillos han sido descubiertos, conteniendo escritos grabados en ellos. Eran casi cuadrados y medían aproximadamente 35 x 30 cm. Ezequiel grabó en el adobe, un mapa de la ciudad, o el contorno del horizonte de Jerusalén. 

Ezequiel debía tomar también una plancha de hierro, colocarla a manera de un muro entre él, y la representación de la ciudad que había preparado en el adobe. Así mostrar que Dios había puesto un muro entre Él mismo, y la ciudad de Jerusalén. La destrucción de Jerusalén era inevitable; no podría ser detenida. La representación gráfica de la caída de Jerusalén se realizó con cinco elementos:
  1. Un muro de asedio o fortaleza.
  2. Baluarte o sea un terraplén, una rampa de tierra que se usaba para escalar los muros.
  3. Campamentos militares.
  4. Arietes, para derribar muros, puertas, etc.
  5. Muro de hierro, representando el impenetrable avance del ejército enemigo.
Este fue el primero de una serie de actos simbólicos, que pretendían comunicar el mensaje recibido por parte de Dios. La ilustración que encabeza este estudio, nos puede dar una idea de la dramatización empleada por Ezequiel, según lo que Dios le dijo que hiciera.

"Y tú te acostarás sobre tu lado izquierdo y pondrás sobre él la maldad de la casa de Israel. El número de los días que duermas sobre él, llevarás sobre ti la maldad de ellos. Yo te he dado los años de su maldad por el número de los días, trescientos noventa días; y así llevarás tú la maldad de la casa de Israel." Ezequiel 4:4-5
Con la señal del ladrillo, se describía el sitio de Jerusalén. La segunda señal mostraría las privaciones del juicio divino, el pueblo pasaría por una serie de sufrimientos. Después de realizar el dibujo en el adobe, Ezequiel debía de acostarse sobre su lado izquierdo, representando con esto, el tiempo que la casa de Israel llevaría su castigo, Dios mismo determinó que el número de días serían trescientos noventa días, que equivalen a trescientos noventa años.

"Cumplidos estos, te acostarás sobre tu lado derecho por segunda vez, y llevarás la maldad de la casa de Judá cuarenta días;  día por año, día por año te lo he dado.  Al asedio de Jerusalén afirmarás tu rostro, y descubierto tu brazo, profetizarás contra ella. Y he aquí he puesto sobre ti ataduras, y no te volverás de un lado a otro, hasta que hayas cumplido los días de tu asedio." Ezequiel 4:6-8

Después de acostarse sobre su lado izquierdo, los días establecidos para el castigo de Israel, Ezequiel debía acostarse sobre su lado derecho, esta vez, para determinar el castigo sobre Judá. Cuarenta días debía estar el profeta acostado sobre su lado derecho, esto equivalía a los cuarenta años de castigo, sobre Judá. Finalmente con su brazo desnudo, profetizaría sobre el asedio a Jerusalén.

Una tercera señal revelaría los castigos adicionales que vendrían sobre Jerusalén. Esta señal es la del pan contaminado.

 

"Y tú toma para ti trigo, cebada, habas, lentejas, millo y avena, y ponlos en una vasija, y hazte pan de ellos el número de los días que te acuestes sobre tu lado; trescientos noventa días comerás de él.  La comida que comerás será de peso de veinte siclos al día; de tiempo en tiempo la comerás. Y beberás el agua por medida, la sexta parte de un hin; de tiempo en tiempo la beberás. Y comerás pan de cebada cocido debajo de la ceniza; y lo cocerás a vista de ellos al fuego de excremento humano. Y dijo Jehová: Así comerán los hijos de Israel su pan inmundo, entre las naciones a donde los arrojaré yo." Ezequiel 4:9-13

Las siguientes instrucciones que recibió Ezequiel, se relacionan con el racionamiento de la comida y bebida, en tiempos del asedio de Jerusalén, y la angustia del exilio. El peso de la comida que podía ingerir el profeta era de veinte siclos al día; un siclo equivalía entre 9 y 17 gramos, por lo tanto Ezequiel podría comer al día, entre 180 a 340 gramos de pan. En cuanto a la bebida, podía consumir la sexta parte de un hin de agua. Un hin equivalía a 6 litros, por lo tanto, el profeta podía consumir un litro de agua diario, lo que equivale a cuatro vasos, o sea, la mitad de agua recomendada normalmente. Ahora, la forma en que se debía cocinar este pan, no era aceptable para Ezequiel, pues al ser sacerdote, nunca había comida nada impuro. Leamos su respuesta:


"Y dije: ¡Ah, Señor Jehová! he aquí que mi alma no es inmunda, ni nunca desde mi juventud hasta este tiempo comí cosa mortecina ni despedazada, ni nunca en mi boca entró carne inmunda. Y me respondió: He aquí te permito usar estiércol de bueyes en lugar de excremento humano para cocer tu pan.  Me dijo luego: Hijo de hombre, he aquí quebrantaré el sustento del pan en Jerusalén; y comerán el pan por peso y con angustia, y beberán el agua por medida y con espanto, para que al faltarles el pan y el agua, se miren unos a otros con espanto, y se consuman en su maldad." Ezequiel 4:14-17

Ezequiel imploró a Dios, y apeló a su condición de sacerdote que había cuidado su pureza espiritual, al no contaminarse con lo que comía. Dios le permite no usar excremento humano, en su lugar podía usar estiércol de bueyes. El uso del estiércol animal seco como combustible sigue siendo una práctica común en el Cercano Oriente. 

El mensaje y la señal que Ezequiel iba a dar, debía ser clara en cuanto a su propósito, Jerusalén sería destruida y el pueblo sufriría los horrores del asedio, con la falta de alimento y agua.


Conclusión.

El capítulo 4 del libro de Ezequiel, inicia con las dramatizaciones que el profeta tiene que realizar, para comunicar el mensaje que Dios está enviando al pueblo. El mensaje de los falsos profetas, le daban al pueblo la esperanza de regresar pronto y en paz a su tierra. Sin embargo, el mensaje que Ezequiel les iba a dar, era totalmente contrario. Dios le comunicaba que Jerusalén sería destruida, y que el asedio traería falta de pan y agua a los habitantes, La desesperación se apoderaría de ellos, y al final la ciudad caería y sería destruida.

Aquí terminamos con el estudio del cuarto capítulo de Ezequiel. Próximamente, estaremos iniciando con el capítulo 5. Hasta la próxima, ¡¡que Dios les bendiga!!