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Como lo expuse en la primera publicación de este estudio, El Libro de Ezequiel, el llamado profético de Ezequiel abarca los primeros tres capítulos del libro. Por lo tanto, continuando con esta primera parte del bosquejo del libro, estaremos estudiando a continuación, el capítulo dos.
Llamamiento de Ezequiel.
En el estudio anterior, El llamado profético de Ezequiel (primera parte), terminamos el relato del capítulo 1, con Ezequiel postrado sobre su rostro, y una voz que le hablaba, ahora, esto le dijo la voz:
"2 Me dijo: Hijo de hombre, ponte sobre tus pies, y hablaré contigo. 2 Y luego que me habló, entró el Espíritu en mí y me afirmó sobre mis pies, y oí al que me hablaba. 3 Y me dijo: Hijo de hombre, yo te envío a los hijos de Israel, a gentes rebeldes que se rebelaron contra mí; ellos y sus padres se han rebelado contra mí hasta este mismo día." Ezequiel 2:1-3
La visión de la Gloria de Dios, había dejado a Ezequiel sin fuerzas y postrado sobre su rostro, ahora la voz le ordena ponerse sobre sus pies, para darle la comisión y restaurar sus fuerzas, además sería capacitado para la misión que se le va a encomendar. Leemos en el texto bíblico, que la voz, la cual es de Dios, llama a Ezequiel "Hijo de hombre" término que también usó Jesús para referirse a sí mismo. Esta forma de referirse al profeta, aparece cien veces en el libro. De esta manera, Dios llama la atención sobre la humanidad y la fragilidad de Ezequiel, en contraste con la deidad y fortaleza de Dios. Así como Jesús la usaba para referirse a sí mismo en su naturaleza humana, e Hijo de Dios para referirse a su naturaleza divina.
La misión que se le encomienda a Ezequiel, es una de las más difíciles, pues es enviado a hablarle a una nación apóstata. Decían de sí mismos, ser el pueblo de Dios, pero realmente estaban en rebeldía contra Dios. Leemos que el Espíritu Santo vino sobre el profeta para capacitarlo en su encomienda. Esto nos recuerda que Dios capacita al que llama, si usted ha recibido un llamado de parte de Dios, primero obedezca y esté confiado en que Él le va a capacitar, para la obra, a la que le está llamando.
"4 Yo, pues, te envío a hijos de duro rostro y de empedernido corazón; y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor. 5 Acaso ellos escuchen; pero si no escucharen, porque son una casa rebelde, siempre conocerán que hubo profeta entre ellos. 6 Y tú, hijo de hombre, no les temas, ni tengas miedo de sus palabras, aunque te hallas entre zarzas y espinos, y moras con escorpiones; no tengas miedo de sus palabras, ni temas delante de ellos, porque son casa rebelde." Ezequiel 2:4-6
En los siguientes versículos, Dios continúa refiriéndose al pueblo, como de duro rostro y empedernidos de corazón, que posiblemente ni siquiera le van a escuchar, por ser rebeldes, pero que aún así Dios les está levantando un profeta, para que conozcan, que siempre hubo profeta entre ellos, a pesar de la circunstancia en la que se encontraban. Dios manda a Ezequiel a no temerles, ni tener miedo de sus palabras, preparando al profeta para lo que le habría de acontecer, pues le dice que aunque se halle entre zarzas y espinos, y more con escorpiones, no tenga temor. Esto me hace recordar el Salmo 23
"Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento." Salmos 23:4
Vamos ahora a leer los últimos cuatro versículos de este segundo capítulo del libro.
"7 Les hablarás, pues, mis palabras, escuchen o dejen de escuchar; porque son muy rebeldes. 8 Mas tú, hijo de hombre, oye lo que yo te hablo; no seas rebelde como la casa rebelde; abre tu boca, y come lo que yo te doy.
9 Y miré, y he aquí una mano extendida hacia mí, y en ella había un rollo de libro. 10 Y lo extendió delante de mí, y estaba escrito por delante y por detrás; y había escritas en él endechas y lamentaciones y ayes." Ezequiel 2:7-10
Estas últimas palabras de Dios para Ezequiel, en este segundo capítulo, me recuerda las palabras que también Dios le expresó al profeta Jeremías, leamos:
"17 Tú, pues, ciñe tus lomos, levántate, y háblales todo cuanto te mande; no temas delante de ellos, para que no te haga yo quebrantar delante de ellos. 18 Porque he aquí que yo te he puesto en este día como ciudad fortificada, como columna de hierro, y como muro de bronce contra toda esta tierra, contra los reyes de Judá, sus príncipes, sus sacerdotes, y el pueblo de la tierra. 19 Y pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo, dice Jehová, para librarte." Jeremías 1:17-19
En estas palabras de Dios para Jeremías, encontramos principios acerca del servicio a Dios, que son aplicables también a Ezequiel:
Debía dar el mensaje según lo que Dios le había mandado decir.
El mensaje recibido debía ser dado íntegramente.
El mensajero no debe desalentarse en su misión, a pesar de las reacciones del pueblo, ya fuesen condescendientes o de amenaza. Tampoco debía desanimarse por la pena de verse reducido a la confusión ante aquellos a quienes fue enviado.
Debía poner su confianza en la promesa de Dios de estar con él y hacerle invencible.
Recibiría oposición, pero se le prometía la victoria por medio de Dios.
Regresando al libro de Ezequiel, en el versículo 9 y 10, leemos que el profeta miró, y vio una mano extendida hacia él, y la mano tenía un rollo de libro, el cual estaba escrito por dentro y por fuera, y lo que en él estaba escrito, eran juicios de parte de Dios. Este libro es semejante al descrito por Juan en Apocalipsis, leamos:
"Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos." Apocalipsis 5:1
En el caso del Libro de Apocalipsis, el libro es el que abre el Cordero, donde cada sello abierto, muestra los juicios de parte de Dios, en la Semana 70 de Daniel, que conocemos como la Gran Tribulación.
Conclusión:
Hasta aquí llegamos con el segundo capítulo del Libro de Ezequiel, donde hemos estudiado la comisión que se le da al profeta, por parte de Dios. Además, hemos visto que, Dios le da de su Espíritu, para fortalecerlo y capacitarlo para la encomienda que ha recibido. Así como en el presente, Dios capacita a todo aquel que ha llamado a su servicio, ya sea para el campo ministerial como pastor, o para el campo misionero, o como evangelista; también para servir en alguno de los ministerios de la Iglesia. Dios nunca deja solo a quien llama, sino que ha prometido estar con la persona y capacitarle para su labor. Lo que demanda de nosotros es ser valientes, constantes y esforzados.
Para la siguiente semana, estaremos, Dios mediante, terminando el estudio de esta primera sección del bosquejo. Hasta entonces, que Dios les bendiga!! Por favor, no olviden dejar sus comentarios, inquietudes o preguntas. Muchas gracias!!
En la publicación anterior, mencioné que estaría llevando a cabo este estudio, sobre el libro de Ezequiel; con base en el bosquejo de la Biblia de Estudio Siglo XXI, por la tanto, daré inicio con el primer punto denominado: El llamado profético de Ezequiel. (1:1 - 3:27)
Contexto histórico (Capítulo 1:1-3)
1 Aconteció en el año treinta, en el mes cuarto, a los cinco días del mes, que estando yo en medio de los cautivos junto al río Quebar, los cielos se abrieron, y vi visiones de Dios. 2 En el quinto año de la deportación del rey Joaquín, a los cinco días del mes, 3 vino palabra de Jehová al sacerdote Ezequiel hijo de Buzi, en la tierra de los caldeos, junto al río Quebar; vino allí sobre él la mano de Jehová. Ezequiel 1:1-3
Ezequiel inicia su libro, ubicándonos en el contexto histórico. Algunos eruditos creen probable que, la referencia al año treinta, que menciona el profeta en el primer versículo, se refiere a su edad en el 593 a. de J. C., pues era a la edad de 30 años, que los sacerdotes eran iniciados para su servicio en el templo de Jerusalén. Ezequiel, como mencioné en la publicación anterior (El libro de Ezequiel) era de la familia sacerdotal de Sadoc; por lo que, al cumplir los 30 años, sería consagrado para su servicio como sacerdote. Sin embargo, debido a la deportación a la que fue expuesto, su oficio fue truncado y nunca lo pudo ejercer. Esto hace pensar a los eruditos, fue el motivo por el cual, Dios le llama al ministerio profético ante los exiliados. Ezequiel hace mención del quinto año de la deportación del rey Joaquín, referencia que nos aclara que, aún Jerusalén no había sido destruida, lo que sucedería en el reinado de Sedequías. La referencia al quinto día del mes cuarto, sería el 31 de julio del año 593 a. de J. C. (según nuestro calendario)
Ezequiel se encuentra en el exilio en Babilonia, de acuerdo con su relato, está en medio de los cautivos de su pueblo, junto al río Quebar; este era un canal de irrigación que conducía agua del río Éufrates, desde un punto al norte de Babilonia, tomaba rumbo sudeste atravesando Nipur, para luego volverse a unir con el caudal del río Éufrates, cerca de Erec. Los cautivos judíos, habían sido llevados ahí para que labrasen la tierra. Esta zona estaba a unos kilómetros de la ciudad de Babilonia, donde se encontraba el profeta Daniel, pero no hay referencia de que ambos profetas tuvieran contacto. El Salmo 137 nos describe la situación de los cautivos en Babilonia:
Lamento de los cautivos en Babilonia (Salmos 137)
Junto a los ríos de Babilonia, Allí nos sentábamos, y aun llorábamos, Acordándonos de Sion. Sobre los sauces en medio de ella Colgamos nuestras arpas. Y los que nos habían llevado cautivos nos pedían que cantásemos, Y los que nos habían desolado nos pedían alegría, diciendo: Cantadnos algunos de los cánticos de Sion. ¿Cómo cantaremos cántico de Jehová En tierra de extraños? Si me olvidare de ti, oh Jerusalén, Pierda mi diestra su destreza. Mi lengua se pegue a mi paladar, Si de ti no me acordare; Si no enalteciere a Jerusalén Como preferente asunto de mi alegría. Oh Jehová, recuerda contra los hijos de Edom el día de Jerusalén, Cuando decían: Arrasadla, arrasadla Hasta los cimientos. Hija de Babilonia la desolada, Bienaventurado el que te diere el pago De lo que tú nos hiciste. Dichoso el que tomare y estrellare tus niños Contra la peña.
Basado en este Salmo, un grupo alemán de música disco, grabó una canción en 1978 titulada RIVERS OF BABYLON. Puede que muchos de los que escucharon esta canción, no estén enterados que, su letra está inspirada en este Salmo. Por esta razón, lo saco a relucir. Si desea escuchar la canción, puede ir a YouTube en el enlace de abajo.
Continuando en el versículo 3, el relato bíblico nos dice que estando Ezequiel junto al río de Quebar, vino, sobre él, la mano de Jehová. Luego, a partir del versículo 4, nos relata la visión de la gloria de Dios.
Visión de la gloria de Dios
4 Y miré, y he aquí venía del norte un viento tempestuoso, y una gran nube, con un fuego envolvente, y alrededor de él un resplandor, y en medio del fuego algo que parecía como bronce refulgente, 5 y en medio de ella la figura de cuatro seres vivientes.(A) Y esta era su apariencia: había en ellos semejanza de hombre. 6 Cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas. 7 Y los pies de ellos eran derechos, y la planta de sus pies como planta de pie de becerro; y centelleaban a manera de bronce muy bruñido. 8 Debajo de sus alas, a sus cuatro lados, tenían manos de hombre; y sus caras y sus alas por los cuatro lados. 9 Con las alas se juntaban el uno al otro. No se volvían cuando andaban, sino que cada uno caminaba derecho hacia adelante. 10 Y el aspecto de sus caras era cara de hombre, y cara de león al lado derecho de los cuatro, y cara de buey a la izquierda en los cuatro; asimismo había en los cuatro cara de águila.(B) 11 Así eran sus caras. Y tenían sus alas extendidas por encima, cada uno dos, las cuales se juntaban; y las otras dos cubrían sus cuerpos. 12 Y cada uno caminaba derecho hacia adelante; hacia donde el espíritu les movía que anduviesen, andaban; y cuando andaban, no se volvían. 13 Cuanto a la semejanza de los seres vivientes, su aspecto era como de carbones de fuego encendidos, como visión de hachones encendidos(C) que andaba entre los seres vivientes; y el fuego resplandecía, y del fuego salían relámpagos. 14 Y los seres vivientes corrían y volvían a semejanza de relámpagos. Ezequiel 1:4-14
Estos son los primeros catorce versículos de la visión de Ezequiel, decir que es una visión fácil de entender, sería una falsedad, pues muchos han tratado de entender lo que realmente vio Ezequiel, pero eso no ha sido posible. No voy a caer en el error, de querer interpretar los aspectos que describe Ezequiel, pues todo el simbolismo que está presente en esta visión de la Gloria de Dios, es muy tentador querer darle significado a cada uno de ellos. Realmente, no puedo interpretarlo, desconozco su significado y no estoy en posición de conjeturar. La expresión "he aquí venía del norte" hace referencia al trono de Dios. En la Biblia, el norte es un símbolo del trono de Dios, no se refiere al Polo Norte, sino a que debemos buscar nuestro norte, mirando al trono de Dios. En Isaías 14:13 leemos: "Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte". Entonces este viento huracanado que viene del norte, es un juicio que viene directo del trono de Dios. Mucho de esta visión se asemeja a la visión del apóstol Juan, en la Isla de Patmos, descrita en el libro de Apocalipsis. Veamos algunos ejemplos:
Ezequiel 1:5 (A) Los cuatro seres vivientes vistos por Ezequiel, son los mismos que Juan describe en Apocalipsis 4:6 "Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal; y junto al trono, y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos delante y detrás." En el estudio de Apocalipsis, vimos la descripción de estos cuatro seres vivientes y analizamos que se trataba de un simbolismo de la creación animada (el hombre, animales domésticos, animales salvajes y las aves). Sin embargo, algunos también relacionan a estas cuatro caras de los querubines, como los cuatro evangelios, donde se presenta a Jesucristo como hombre, rey (león), servidor (buey) y como Dios (águila). También es importante recordar que el número cuatro es representativo de la Tierra (4 puntos cardinales, 4 estaciones) también el número cuatro se asocia con la creación.
Ezequiel 1:10 (B) El aspecto de sus caras, es lo mismo descrito por Juan en Apocalipsis 4:7 "El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo era semejante a un becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto era semejante a un águila volando" (ver pto. anterior)
Ezequiel 1:13 (C) Describe a los seres vivientes como carbones de fuego encendidos, como hachones (antorchas) encendidos, lo mismo que describe Juan en Apocalipsis 4:5 "Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios."
Qué fue realmente lo que Ezequiel vio, solo Dios y él lo saben, realmente no nos toca a nosotros comprender la visión, pues el propósito de la misma, involucraba solo a Ezequiel, para que él entendiese que lo que habría de ver, y las profecías que iba a recibir, venían realmente de parte de Dios.
La visión de la rueda
Continuando con la visión de Ezequiel, encontramos ahora el relato que nos describe la famosa rueda que vio. La cual, muchos han tratado de asociarla con tecnología humana, algunos más atrevidos, lo asocian con tecnología extraterrestre. Para los teólogos, esto es una descripción de lo que han llamado "el carro de Dios" o "el carro de Jehová".
"15 Mientras yo miraba los seres vivientes, he aquí una rueda sobre la tierra junto a los seres vivientes, a los cuatro lados. 16 El aspecto de las ruedas y su obra era semejante al color del crisólito. Y las cuatro tenían una misma semejanza; su apariencia y su obra eran como rueda en medio de rueda. 17 Cuando andaban, se movían hacia sus cuatro costados; no se volvían cuando andaban. 18 Y sus aros eran altos y espantosos, y llenos de ojos alrededor(A) en las cuatro. 19 Y cuando los seres vivientes andaban, las ruedas andaban junto a ellos; y cuando los seres vivientes se levantaban de la tierra, las ruedas se levantaban. 20 Hacia donde el espíritu les movía que anduviesen, andaban; hacia donde les movía el espíritu que anduviesen, las ruedas también se levantaban tras ellos; porque el espíritu de los seres vivientes estaba en las ruedas.(B) 21 Cuando ellos andaban, andaban ellas, y cuando ellos se paraban, se paraban ellas; asimismo cuando se levantaban de la tierra, las ruedas se levantaban tras ellos; porque el espíritu de los seres vivientes estaba en las ruedas." Ezequiel 1:15-21
Nuevamente, esta parte de la visión es difícil de interpretar. Para algunos, lo que Ezequiel vio, es algo infinitamente mayor a lo que nos podamos imaginar. Creen que el profeta vio a los querubines sobre el planeta, extendiendo compasión y misericordia, sobre una tierra contaminada que se nueve en el espacio exterior. Algo similar al propiciatorio del arca del pacto. Donde los querubines extendían sus alas uniéndolas uno con el otro, y mirando al centro. Donde Dios se manifestaba.
El trono sobre la expansión
Ahora veamos la última parte de este primer capítulo del libro de Ezequiel.
"22 Y sobre las cabezas de los seres vivientes aparecía una expansión a manera de cristal(A) maravilloso, extendido encima sobre sus cabezas. 23 Y debajo de la expansión las alas de ellos estaban derechas, extendiéndose la una hacia la otra; y cada uno tenía dos alas que cubrían su cuerpo. 24 Y oí el sonido de sus alas cuando andaban, como sonido de muchas aguas,(B) como la voz del Omnipotente, como ruido de muchedumbre, como el ruido de un ejército. Cuando se paraban, bajaban sus alas. 25 Y cuando se paraban y bajaban sus alas, se oía una voz de arriba de la expansión que había sobre sus cabezas. 26 Y sobre la expansión que había sobre sus cabezas se veía la figura de un trono que parecía de piedra de zafiro; y sobre la figura del trono había una semejanza que parecía de hombre sentado sobre él.(C) 27 Y vi apariencia como de bronce refulgente, como apariencia de fuego dentro de ella en derredor, desde el aspecto de sus lomos para arriba; y desde sus lomos para abajo, vi que parecía como fuego, y que tenía resplandor alrededor.(D) 28 Como parece el arco iris que está en las nubes el día que llueve, así era el parecer del resplandor alrededor.
Esta fue la visión de la semejanza de la gloria de Jehová. Y cuando yo la vi, me postré sobre mi rostro, y oí la voz de uno que hablaba." Ezequiel 1:22-28
Nuevamente encontramos una similitud de Ezequiel con Apocalipsis, veamos lo que nos dice Apocalipsis (A):
"6 Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal; y junto al trono, y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos delante y detrás." Apocalipsis 4:6
El apóstol Juan nos describe a los cuatro seres vivientes, en relación con el trono, nos dice que están junto al trono y alrededor del trono; y delante del trono un mar de vidrio semejante al cristal. Nos describe también que los cuatro seres vivientes están llenos de ojos, delante y detrás. Ezequiel relata que esa expansión estaba sobre los querubines (los cuatro seres vivientes) y que es semejante al cristal. Debajo de la expansión están los querubines con sus alas extendidas, a semejanza del propiciatorio (ver imagen arriba).
Ezequiel también hace referencia a que, el sonido de las alas de los querubines al andar, semejaba el sonido de muchas aguas, al igual que la voz del Omnipotente. Lo mismo que describe Juan en Apocalipsis (B): (ver referencia en el estudio de Apocalipsis)
"14 Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego; 15 y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas." Apocalipsis 1:14-15
Continuando con el texto de Ezequiel, vemos ahora en el versículo 26, que se muestra la figura de un trono, sobre la expansión que está sobre las cabezas de los querubines. El profeta nos dice que ese trono era parecido al zafiro, sobre el trono, uno semejante a hombre, sentado en él. Esto también se asemeja a lo descrito por Juan en Apocalipsis (C): (ver referencia en el estudio de Apocalipsis)
"2 Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado. 3 Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda." Apocalipsis 4:2-3
También Ezequiel nos vuelve a mencionar esto en el capítulo 10:
"10 Miré, y he aquí en la expansión que había sobre la cabeza de los querubines como una piedra de zafiro, que parecía como semejanza de un trono que se mostró sobre ellos." Ezequiel 10:1
Esto lo estaremos viendo en su oportunidad. Ahora pasamos al versículo 27, donde Ezequiel nos relata la apariencia del que vio sentado en el trono, y lo vuelve a mencionar en el capítulo 8 (D):
"2 Y miré, y he aquí una figura que parecía de hombre; desde sus lomos para abajo, fuego; y desde sus lomos para arriba parecía resplandor, el aspecto de bronce refulgente." Ezequiel 8:2
Un comentarista de este pasaje escribió lo siguiente:
"En un fondo azulado, celeste, podemos contemplar un trono de color de ámbar. Un trono incrustado de zafiros que reflejan la luz como un diamante con los colores del arco iris. Y la luz enceguece y oscurece. Y ese trono está lleno de energía, como un cohete listo para despegar. Se está desplazando como un carro. Y no está saliendo de la tierra, sino que está viniendo a la tierra. Vemos a los querubines sobre el mundo, vemos una cruz, un Cordero y la sangre. Vemos el propiciatorio; allí está la misericordia del Señor."
Finalmente, llegamos al último de los versículos de este primer capitulo, el número 28, aquí el profeta compara toda esta experiencia de su visión y del resplandor alrededor del trono, como un arco iris en las nubes. Ezequiel está consciente de que, esta ha sido la visión de la semejanza de la Gloria de Dios, no ha visto a Dios, sino la semejanza de su Gloria. De inmediato, su reacción fue postrarse sobre su rostro. La experiencia de Ezequiel, al contemplar esta visión, fue extremadamente impactante. Ninguno de los profetas había tenido una experiencia tal, de ver la semejanza de la Gloria de Dios, en una visión.
Conclusión
Hasta acá este estudio del primer capítulo del libro de Ezequiel, una experiencia sin precedentes para el profeta, y que con sus palabras trató de describirnos lo que vio. Nuestra esperanza es, que un día, nosotros también tendremos ese privilegio de poder ver la Gloria de nuestro Dios, con nuestro propios ojos. Les invito a continuar con este estudio, en el segundo capítulo del libro, la próxima semana, Dios mediante. Hasta entonces, que el Señor les bendiga!!
No olviden dejar sus comentarios, preguntas o sugerencias. Gracias!!