sábado, 11 de febrero de 2023

Ezequiel Capítulo 2


El llamado profético de Ezequiel (segunda parte).


Introducción:

Como lo expuse en la primera publicación de este estudio, El Libro de Ezequiel, el llamado profético de Ezequiel abarca los primeros tres capítulos del libro. Por lo tanto, continuando con esta primera parte del bosquejo del libro, estaremos estudiando a continuación, el capítulo dos.

 

Llamamiento de Ezequiel.

En el estudio anterior, El llamado profético de Ezequiel (primera parte), terminamos el relato del capítulo 1, con Ezequiel postrado sobre su rostro, y una voz que le hablaba, ahora, esto le dijo la voz:

"2 Me dijo: Hijo de hombre, ponte sobre tus pies, y hablaré contigo. 2 Y luego que me habló, entró el Espíritu en mí y me afirmó sobre mis pies, y oí al que me hablaba. 3 Y me dijo: Hijo de hombre, yo te envío a los hijos de Israel, a gentes rebeldes que se rebelaron contra mí; ellos y sus padres se han rebelado contra mí hasta este mismo día." Ezequiel 2:1-3

La visión de la Gloria de Dios, había dejado a Ezequiel sin fuerzas y postrado sobre su rostro, ahora la voz le ordena ponerse sobre sus pies, para darle la comisión y restaurar sus fuerzas, además sería capacitado para la misión que se le va a encomendar. Leemos en el texto bíblico, que la voz, la cual es de Dios, llama a Ezequiel "Hijo de hombre" término que también usó Jesús para referirse a sí mismo. Esta forma de referirse al profeta, aparece cien veces en el libro. De esta manera, Dios llama la atención sobre la humanidad y la fragilidad de Ezequiel, en contraste con la deidad y fortaleza de Dios. Así como Jesús la usaba para referirse a sí mismo en su naturaleza humana, e Hijo de Dios para referirse a su naturaleza divina.

La misión que se le encomienda a Ezequiel, es una de las más difíciles, pues es enviado a hablarle a una nación apóstata. Decían de sí mismos, ser el pueblo de Dios, pero realmente estaban en rebeldía contra Dios. Leemos que el Espíritu Santo vino sobre el profeta para capacitarlo en su encomienda. Esto nos recuerda que Dios capacita al que llama, si usted ha recibido un llamado de parte de Dios, primero obedezca y esté confiado en que Él le va a capacitar, para la obra, a la que le está llamando.

"4 Yo, pues, te envío a hijos de duro rostro y de empedernido corazón; y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor. 5 Acaso ellos escuchen; pero si no escucharen, porque son una casa rebelde, siempre conocerán que hubo profeta entre ellos. 6 Y tú, hijo de hombre, no les temas, ni tengas miedo de sus palabras, aunque te hallas entre zarzas y espinos, y moras con escorpiones; no tengas miedo de sus palabras, ni temas delante de ellos, porque son casa rebelde." Ezequiel 2:4-6

En los siguientes versículos, Dios continúa refiriéndose al pueblo, como de duro rostro y empedernidos de corazón, que posiblemente ni siquiera le van a escuchar, por ser rebeldes, pero que aún así Dios les está levantando un profeta, para que conozcan, que siempre hubo profeta entre ellos, a pesar de la circunstancia en la que se encontraban. Dios manda a Ezequiel a no temerles, ni tener miedo de sus palabras, preparando al profeta para lo que le habría de acontecer, pues le dice que aunque se halle entre zarzas y espinos, y more con escorpiones, no tenga temor. Esto me hace recordar el Salmo 23

"Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento." Salmos 23:4

 

Vamos ahora a leer los últimos cuatro versículos de este segundo capítulo del libro.

"7 Les hablarás, pues, mis palabras, escuchen o dejen de escuchar; porque son muy rebeldes. 8 Mas tú, hijo de hombre, oye lo que yo te hablo; no seas rebelde como la casa rebelde; abre tu boca, y come lo que yo te doy.
9 Y miré, y he aquí una mano extendida hacia mí, y en ella había un rollo de libro. 10 Y lo extendió delante de mí, y estaba escrito por delante y por detrás; y había escritas en él endechas y lamentaciones y ayes." Ezequiel 2:7-10

Estas últimas palabras de Dios para Ezequiel, en este segundo capítulo, me recuerda las palabras que también Dios le expresó al profeta Jeremías, leamos:

"17 Tú, pues, ciñe tus lomos, levántate, y háblales todo cuanto te mande; no temas delante de ellos, para que no te haga yo quebrantar delante de ellos. 18 Porque he aquí que yo te he puesto en este día como ciudad fortificada, como columna de hierro, y como muro de bronce contra toda esta tierra, contra los reyes de Judá, sus príncipes, sus sacerdotes, y el pueblo de la tierra. 19 Y pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo, dice Jehová, para librarte." Jeremías 1:17-19

En estas palabras de Dios para Jeremías, encontramos principios acerca del servicio a Dios, que son aplicables también a Ezequiel:

  1. Debía dar el mensaje según lo que Dios le había mandado decir.
  2. El mensaje recibido debía ser dado íntegramente.
  3. El mensajero no debe desalentarse en su misión, a pesar de las reacciones del pueblo, ya fuesen condescendientes o de amenaza. Tampoco debía desanimarse por la pena de verse reducido a la confusión ante aquellos a quienes fue enviado.
  4. Debía poner su confianza en la promesa de Dios de estar con él y hacerle invencible.
  5. Recibiría oposición, pero se le prometía la victoria por medio de Dios.
Regresando al libro de Ezequiel, en el versículo 9 y 10, leemos que el profeta miró, y vio una mano extendida hacia él, y la mano tenía un rollo de libro, el cual estaba escrito por dentro y por fuera, y lo que en él estaba escrito, eran juicios de parte de Dios. Este libro es semejante al descrito por Juan en Apocalipsis, leamos:

"Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos." Apocalipsis 5:1

En el caso del Libro de Apocalipsis, el libro es el que abre el Cordero, donde cada sello abierto, muestra los juicios de parte de Dios, en la Semana 70 de Daniel, que conocemos como la Gran Tribulación.


Conclusión:

Hasta aquí llegamos con el segundo capítulo del Libro de Ezequiel, donde hemos estudiado la comisión que se le da al profeta, por parte de Dios. Además, hemos visto que, Dios le da de su Espíritu, para fortalecerlo y capacitarlo para la encomienda que ha recibido. Así como en el presente, Dios capacita a todo aquel que ha llamado a su servicio, ya sea para el campo ministerial como pastor, o para el campo misionero, o como evangelista; también para servir en alguno de los ministerios de la Iglesia. Dios nunca deja solo a quien llama, sino que ha prometido estar con la persona y capacitarle para su labor. Lo que demanda de nosotros es ser valientes, constantes y esforzados.  

Para la siguiente semana, estaremos, Dios mediante, terminando el estudio de esta primera sección del bosquejo. Hasta entonces, que Dios les bendiga!! Por favor, no olviden dejar sus comentarios, inquietudes o preguntas. Muchas gracias!!

Ver la publicación anterior El llamado profético de Ezequiel

El llamado profético de Ezequiel - Final - Capítulo 3

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por comentar! le esperamos en la próxima publicación. Bendiciones!