viernes, 17 de abril de 2020

El libro de Daniel



Preámbulo

Anteriormente estuve escribiendo sobre el Apocalipsis. En ese estudio abarqué los primeros tres capítulos de este libro, terminando esa primera parte con las cartas a las Iglesias. Debido al paralelismo que se da entre el libro del profeta Daniel y el Apocalipsis, he decidido hacer una pausa en el estudio de este último, para iniciar con el estudio del Libro de Daniel y las profecías que se mencionan en este libro, con sus homólogas en Apocalipsis. Por tal motivo, a partir de este momento, inicio con el estudio del Libro de Daniel, para que cuando continúe con Apocalipsis, se tenga ya la base de las profecías de Daniel.

Introducción


El estudio de este libro es importante, si se desea entender mejor el Apocalipsis, ya que, de acuerdo con lo revelado a Daniel, su visión corresponde a los tiempos del fin. Apocalipsis revela lo que Daniel vio en su visión, pero que no escribió en su libro debido a que se le impidió hacerlo. (Él respondió: Anda, Daniel, pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin.”  Daniel 12:9).

La autoría del libro se le atribuye a Daniel el profeta, y así fue confirmado por el mismo Jesús, cuando hablaba sobre las señales antes del fin en Mateo 24:15 (Por lo tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel [el que lee, entienda]”).

El exilio de Daniel y sus compañeros: Ananías, Misael y Azarías, a la tierra de Babilonia, se dio en el año 605 a. de J.C. a consecuencia de la primera vez que el rey Nabucodonosor descendió contra el reino de Judá, siendo ésta gobernada por el rey Joacín. Tanto Daniel como sus compañeros eran de simiente real (ver Daniel 1:3). Se considera que estos jóvenes, fueron convertidos en eunucos, basados en la profecía que Isaías le dio al rey Ezequías, como consecuencia de la imprudencia de éste, ante los mensajeros enviados por el rey de Babilonia, ya que el rey Ezequías les mostró todos los tesoros que había en Judá.  (“Y de tus hijos que saldrán de ti, que habrás engendrado, tomarán, y serán eunucos en el palacio del rey de Babilonia” 

2 Reyes 20:18)

El libro de Daniel se cuenta dentro de los cinco libros denominados Profetas Mayores, esta denominación se da, no por la importancia de dichos profetas, sino, por el volumen de sus escritos. Dentro del canon judío, el libro de Daniel era considerado parte de los “hagiógrafos” en otras palabras, los escritos sagrados. Para los judíos, Daniel fue más un estadista que un profeta, sin que esto desmerite sus dichos proféticos. Daniel sobrevivió a la caída del imperio babilónico y vio el surgimiento del imperio medo-persa, sus escritos abarcan aspectos biográficos, históricos y proféticos. Se estima que Daniel pudo haber alcanzado la edad de 90 a 100 años, ya que su profecía abarca segmentos del período de la dominación persa.

Estructura del libro

El libro de Daniel se divide en dos secciones. La primera abarca desde el capítulo uno hasta el capítulo seis y se le titula: La providencia de Dios durante el exilio. Esta primera sección, cubre aspectos del marco histórico y la interacción de Daniel con los reyes de Babilonia: Nabucodonosor y Belsasar. También abarca la interacción de Daniel con el rey Medo, Dario.

La segunda sección del libro, abarca los capítulos siete al doce, esta sección se le titula: El propósito de Dios en la historia. Esta sección trata sobre las visiones proféticas de Daniel.

El tema

El tema central del libro de Daniel se relaciona con la providencia de Dios y los días postreros. Daniel experimenta la providencia de Dios para su pueblo, aun en el exilio y cómo Dios protegió a sus compañeros del horno de fuego, y a él mismo, del foso de los leones.

Controversia

El libro de Daniel, al igual que el libro de Génesis, han sido objeto de muchos ataques en contra de ellos. Sin embargo, los descubrimientos arqueológicos posteriores han reivindicado en buena medida las afirmaciones del libro de Daniel.  El descubrimiento de los rollos en las cuevas de Qumrán ha servido para demostrar que el libro de Daniel es más antiguo de lo que se pensaba. La mayor parte del libro fue escrito en hebreo, pero una porción del mismo se escribió en arameo. De acuerdo con estudios realizados y el análisis comparativo, se demuestra que el arameo utilizado en Daniel, no corresponde al arameo occidental del periodo macabeo tardío, sino al arameo oriental del siglo VI a. de J.C. (cita tomada del comentario de la Biblia de Estudio Siglo XXI).

Nabucodonosor saquea el templo

El capítulo uno del libro inicia con una referencia histórica que nos ubica en el marco correspondiente. En Daniel 1:1 leemos: "En el año tercero del reinado de Joacim rey de Judá, vino Nabucodonosor rey de Babilonia fue a Jerusalén, y la sitió. Joacim ascendió al trono de Judá en 608 a. de J.C. por lo tanto esta referencia que nos hace Daniel, ubica este acontecimiento en el año 605 a. de J.C. lo cual coincide con la profecía de Jeremías: "Palabra que vino a Jeremías acerca de todo el pueblo de Judá en el año cuarto de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, el cual era el año primero de Nabucodonosor rey de Babilonia." Jeremías 25:1  y continuemos con el versículo once del mismo capítulo veinticinco de Jeremías: "Toda esta tierra será puesta en ruinas y en espanto; y servirán estas naciones al rey de Babilonia setenta años."  Jeremías 25:11

El relato de Daniel parece ser contradictorio con lo que menciona Jeremías, ya que Daniel se refiere al tercer año del reinado de Joacim, mientras Jeremías se refiere al mismo periodo como el cuarto año. Acá hay que tomar en cuenta que Daniel se regía por el sistema babilónico, que designaba la porción de un año, como el año de ascenso del rey, mientras que Jeremías seguía el sistema judío en el que no había el año de ascenso, sino que se contaba como año de ascenso, el último del rey anterior.

Nabucodonosor reinó en Babilonia desde el 605 hasta el 562 a. de J.C. y en su primer año como rey, vino sobre Jerusalén, según los escritos de Jeremías y Daniel. El relato bíblico no especifica la duración del sitio de Jerusalén,  sin embargo históricamente se sabe que estos sitios duraban mucho tiempo. Al final del asedio, Dios entrega en manos del rey de Babilonia al rey Joacim y con él a todo Judá. En el versículo dos de este primer capítulo leemos: "El Señor entregó en sus manos a Joacim rey de Judá, y parte de los utensilios de la casa de Dios; y los trajo a tierra de Sinar, a la casa de su dios, y colocó los utensilios en la casa del tesoro de su dios." Daniel 1:2


Daniel en la corte de Nabucodonosor 

A partir del versículo tres del primer capítulo, se narra la experiencia de Daniel y sus compañeros: Ananías, Misael y Azarías; como escogidos para ser instruidos en las letras y la lengua de los caldeos. De este relato destaca el versículo ocho "Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse." Daniel 1:8. Este pasaje también reafirma el pensamiento de que tanto Daniel, como sus tres compañeros, fueron hechos eunucos para estar en la corte del rey. Para Daniel, participar de la comida del rey, que era un idólatra pagano, era motivo de contaminación, basado en las leyes judías. Por lo tanto pidió ser alimentado con legumbres y agua. Actualmente sabemos por la enseñanza de Jesús, que no es lo que entra al vientre por la boca lo que contamina al hombre, sino lo que sale de su boca. (Mateo 15:11)

Con esto concluimos el primer capítulo del libro de Daniel, en el capítulo dos entramos a la parte de interpretación de sueños por parte de Daniel y las revelaciones que Dios le dio sobre el futuro. Hasta entonces, bendiciones!