miércoles, 20 de octubre de 2021

El juzgar a los demás

¿Puede el cristiano juzgar a los demás?

por José Daniel Quesada


En algunas ocasiones he escuchado a personas decir que no debemos juzgar, porque la Biblia enseña eso. Sin embargo, ¿es correcta esta posición a la luz de la Palabra de Dios? Generalmente, se hace referencia a las palabras de nuestro Señor Jesucristo, recopiladas en los evangelios, veamos esos pasajes bíblicos:

"No juzguéis, para que no seáis juzgados." Mateo 7:1

"No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados." Lucas 6:37

Tanto Mateo como Lucas, hacen referencia de las palabras de Jesús, en lo que se conoce como el Sermón del Monte. El  evangelio de Mateo lo menciona en el capítulo 7 y en el evangelio de Lucas, se menciona en el capítulo 6; en ambos casos, se le asignó el título a esta porción como "El juzgar a los demás". Pero ¿a qué tipo de juicio se está refiriendo el Maestro? El mismo Mateo nos relata que Jesús dijo:

"Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder." Mateo 5:14

Si nosotros los cristianos, somos la luz del mundo, significa entonces que debemos revelar aquellas cosas que están en tinieblas y traerlas a la luz para que sean manifiestas. De esta manera estaríamos juzgando, ¿es esta actitud correcta?

La correcta interpretación de las palabras de Jesús

Las palabras de Jesús en los evangelios, no impiden que los cristianos hagamos juicios morales o espirituales. Para traer luz a este mundo, debemos denunciar todo aquello que está en contra de las enseñanzas de la Biblia. Lo que no debemos hacer, es señalar esas cosas con un espíritu de hostilidad y dureza, deleitándonos en señalar las faltas y errores de los demás y condenándolos. No debemos tener un espíritu de hipocresía fariseísta y arrogante, que es inaceptable en la vida cristiana. Nadie de nosotros conoce el corazón de los demás, ni las intensiones que hay en ellos, por lo tanto no podemos sacar conclusiones con respecto a las razones de su comportamiento. Solamente Dios podrá juzgar el corazón del hombre o la mujer. Pero lo que sí podemos juzgar, es lo moral o inmoral de las acciones a la luz de las enseñanzas de la Palabra de Dios.

Las acciones y procedimientos de los gobiernos, también deben ser juzgados por nosotros, pues las leyes humanas que están en contraposición de las enseñanzas bíblicas, no podrán ser aceptadas por nosotros. La ideología de género, el matrimonio igualitario, la homosexualidad, la eutanasia, el aborto y cosas semejantes a estas, son condenadas directamente por la Biblia; por lo tanto, no podemos estar de acuerdo con ellas, aunque se nos señale como anticuados, retrógrados, fanáticos religiosos, etc.

Actualmente, debido a la pandemia, se le ha puesto restricciones a la iglesia, las cuales deben ser analizadas a la luz de la Palabra de Dios. Hasta ahora, se ha sido tolerante en aceptar ciertas restricciones, sin embargo, hay una que está en por imponerse, la cual no tiene cabida; me refiero al hecho de no permitir el ingreso al templo, de aquellas personas que no porten el código QR de certificación del cuadro de vacunas completo, contra el covid-19. Esto no es aceptable, no se le puede negar a una persona su ingreso al templo, cuando viene en busca de agradar a su Señor y de alabar y adorar su Nombre, y recibir el alimento espiritual. Esta es una estrategia del enemigo y no podemos estar de acuerdo con ella.

Los principios morales y éticos de Dios, no son negociables, y como creyentes en Cristo Jesús, debemos señalar y juzgar estas cosas, como abominables delante de Dios.


¿Cómo debemos de juzgar?

Como cristianos no estamos exentos de pecar, por lo tanto, debemos de tener cuidado. No podemos señalar un pecado en otra persona, si nosotros mismos estamos en el mismo pecado. Jesús también dijo:

"¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo puedes decir a tu hermano: Hermano, déjame sacar la paja que está en tu ojo, no mirando tú la viga que está en el ojo tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja que está en el ojo de tu hermano." Lucas 6:41-42

También el Apóstol Pablo exhorta sobre el juzgar estando también en pecado:

"Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo." Romanos 2:1

Para poder emitir juicio sobre alguna situación o comportamiento, debemos de hacerlo en el Espíritu, un cristiano carnal no podrá emitir un juicio justo y caerá en la hipocresía mencionada al inicio. El Apóstol Pablo, hablando del cristiano espiritual, nos dice que:

"En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie." 1 Corintios 2:15


¿Qué cosas debemos juzgar?

Como mencioné anteriormente, somos llamados a juzgar aspectos morales, éticos, espirituales, en otras palabras todo lo va en contra de Dios y se opone a sus mandamientos, todo lo que es pecado.

El Apóstol Pablo le escribió a los corintios, que no se juntaran con los fornicarios, un cristiano verdadero, no puede tener comunión con aquellos que se deleitan en el pecado.

"Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios" 1 Corintios 5:9

En su segunda carta a los corintios, el Apóstol les habla sobre el yugo desigual, pero debemos entender esto más allá del matrimonio, pues cualquier sociedad de un creyente con un incrédulo traerá problemas, pues no existe un verdadero compañerismo, pues el incrédulo será tentado por el pecado y hará cosas fuera de la voluntad de Dios.

"No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?" 2 Corintios 6:14

También debemos juzgar las enseñanzas y doctrinas a la luz de la Palabra de Dios. El Apóstol Pablo, también le habló a los corintios sobre esto:

"Porque si viene alguno predicando a otro Jesús que el que os hemos predicado, o si recibís otro espíritu que el que habéis recibido, u otro evangelio que el que habéis aceptado, bien lo toleráis" 2 Corintios 11:4

El Apóstol exhorta a la iglesia de Corinto, con respecto a su tolerancia en aceptar personas que predicaban cosas diferentes a las que él les había enseñado, por lo tanto, debemos de juzgar estas cosas a la luz del evangelio de Jesucristo y de las enseñanzas bíblicas.

Y aún Pablo va más allá y en su carta a los filipenses les escribe que se guarden de los malos obreros, usando palabras fuertes:

"Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos de los mutiladores del cuerpo. Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne." Filipenses 3:2-3

El Apóstol Juan en su primera epístola, escribió sobre el juzgar los espíritus:

"Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo." 1 Juan 4:1

Los santos juzgarán al mundo

De acuerdo con la enseñanza bíblica, los santos hemos de juzgar al mundo y a los ángeles, según lo que fue escrito por el Apóstol Pablo a la iglesia de Corinto:

"¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas?" 1 Corintios 6:2

"¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto más las cosas de esta vida? 1 Corintios 6:3


En el pasaje anterior, podemos leer que Pablo enseña que debemos de juzgar las cosas de esta vida. De esta manera, está claro que, los cristianos somos llamados a juzgar de una forma correcta, las circunstancias de esta vida.

Conclusión

Decir que nosotros no debemos juzgar, no es del todo correcto. Si bien es cierto que no podemos juzgar las intenciones del corazón, ya que solo Dios conoce lo que hay en el corazón de cada persona.  Tampoco debemos señalar los pecados de otros, si nosotros mismos estamos en pecado. Pero Dios nos ha puesto en este mundo para ser luz en medio de las tinieblas, y eso nos obliga a juzgar los aspectos morales, éticos, espirituales, etc. de este mundo, cuando se salen de la voluntad de Dios.  El Señor nos ha dado de su Espíritu, para poder discernir correctamente sobre estos aspectos, sin caer en el error de juzgar con un espíritu de amargura, hostilidad y dureza que se deleita en señalar las faltas a los demás. Todo lo contrario, debemos señalar el pecado por lo que es, una transgresión de la perfecta ley de Dios y su voluntad.