lunes, 27 de marzo de 2023

Ezequiel capítulo 8

 

Idolatría en Israel


El culto idólatra en Jerusalén.



Introducción.


En esta oportunidad, vamos a estudiar el capítulo 8 del libro del profeta Ezequiel. Con éste iniciamos la segunda división de la profecía de Ezequiel, la cual se extiende desde este capítulo, hasta el veinticuatro. A partir de ahora, el cautiverio de Jerusalén y de toda Israel, será una realidad, y la presencia gloriosa del Señor, abandonará el templo de Jerusalén.

En este capítulo 8, Ezequiel tiene otra visión de la Gloria del Señor, es llevado, en visiones, a Jerusalén, donde se le muestran las abominaciones del pueblo.



Visión de Ezequiel de la Gloria de Dios.


"En el sexto año, en el mes sexto, a los cinco días del mes, aconteció que estaba yo sentado en mi casa, y los ancianos de Judá estaban sentados delante de mí, y allí se posó sobre mí la mano de Jehová el Señor.  Y miré, y he aquí una figura que parecía de hombre; desde sus lomos para abajo, fuego; y desde sus lomos para arriba parecía resplandor, el aspecto de bronce refulgente." Ezequiel 8:1-2

La expresión con que da inicio este capítulo, corresponde al 17 de setiembre del 592 a. de J.C. Aproximadamente catorce meses de estar predicando Ezequiel, por medio de diversas actuaciones simbólicas, es enfrentado por los ancianos de su pueblo. (versículo 1)

En el versículo 2, se presenta un juego de palabras, con los términos para hombre (ish, heb) y fuego (esh, heb.). Ezequiel vio un fuego, pero era un hombre.

"Y aquella figura extendió la mano, y me tomó por las guedejas de mi cabeza; y el Espíritu me alzó entre el cielo y la tierra, y me llevó en visiones de Dios a Jerusalén, a la entrada de la puerta de adentro que mira hacia el norte, donde estaba la habitación de la imagen del celo, la que provoca a celos. Y he aquí, allí estaba la gloria del Dios de Israel, como la visión que yo había visto en el campo." Ezequiel 8:3-4

Según lo que podemos leer en el versículo 3, Ezequiel fue alzado por el Espíritu Santo, y queda suspendido entre cielo y tierra, y es llevado en visiones de Dios a Jerusalén. Este pasaje crea diferentes opiniones, debido a que surge la pregunta: ¿Realmente fue llevado Ezequiel, físicamente a Jerusalén? Aquí, nadie puede ser dogmático, algunos tienen el criterio de que sí, realmente el profeta fue elevado, y llevado físicamente a Jerusalén y caminó en sus calles, y vio las abominaciones de su pueblo. Para otros, simplemente se trató de una visión. Analicemos un poco el texto y tratemos de llegar a una conclusión. Ezequiel está relatando su experiencia, él estaba junto al río Quebar, según lo vimos en el capítulo 1, en esta ocasión, se encuentra sentado en su casa, junto con los ancianos del pueblo. Estando reunido con los ancianos, se presenta Dios y le da la visión de su Gloria. La expresión "El Espíritu me alzó entre el cielo y la tierra" debemos interpretarla a la luz de la Biblia. Las experiencias de los apóstoles Pablo y Juan nos pueden ayudar.

"Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo." 2 Corintios 12:2
El texto anterior, hace referencia a lo sucedido al apóstol Pablo, en Listra, cuando fue apedreado y dado por muerto. Para algunos, Pablo realmente murió, y su espíritu fue llevado al tercer cielo, y luego Dios le resucitó, para que continuara con su encomienda y ministerio entre los gentiles. Pablo expresa que, no sabe si fue en el cuerpo o fuera del cuerpo, que tuvo esa experiencia. Sin embargo, su cuerpo estaba postrado en la calle, en Listra, muerto.

Veamos ahora el caso del apóstol Juan:

"Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas. Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado. " Apocalipsis 4:1-2

En el texto anterior, Juan nos relata que vio una puerta abierta en el cielo, y le fue dicho que subiera, y al instante, él estaba en el Espíritu, delante del trono en el cielo. Sabemos que un cuerpo físico, no puede estar en el cielo, según lo que Pablo enseña en 1 Corintios 15:50, la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, por lo tanto, ni Pablo, ni Juan, pudieron haber estado físicamente en el cielo, sino que la experiencia que vivieron fue espiritual. Pero Ezequiel no dice haber sido llevado al cielo, sino a Jerusalén. ¿Qué experiencias similares a estas podemos encontrar en la Biblia? Analicemos el caso de Felipe:

"Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco no le vio más, y siguió gozoso su camino." Hechos 8:39

Felipe había sido enviado al Sur, camino de Jerusalén a Gaza, donde se encontró con un eunuco, funcionario de Candace, reina de los etíopes. De acuerdo con el relato bíblico, después de que Felipe le aclara al eunuco lo concerniente al Mesías, el eunuco pide ser bautizado. Después de que Felipe bautiza al eunuco, es que se da lo citado de Hechos 8:39. El texto dice que, el eunuco no vio más a Felipe, por lo tanto concluimos que Felipe fue llevado físicamente a otro lugar.  Por lo tanto, podemos concluir que, de igual manera, el profeta Ezequiel pudo haber sido llevado físicamente a Jerusalén, sin embargo, no se puede ser dogmático en cuanto a esto.



La imagen de celo.


Regresando al texto de Ezequiel, leemos "a la entrada de la puerta de adentro que mira hacia el norte, donde estaba la habitación de la imagen del celo, la que provoca a celos." a ciencia cierta, no se tiene certeza sobre esta imagen, sin embargo se trataba de una clara violación al segundo mandamiento. Manasés había erigido una imagen de este tipo, se trataba de la diosa madre Asera de los sirios, dentro del templo, desafiando así a Dios.

"Y puso una imagen de Asera que él había hecho, en la casa de la cual Jehová había dicho a David y a Salomón su hijo: Yo pondré mi nombre para siempre en esta casa, y en Jerusalén, a la cual escogí de todas las tribus de Israel" 2 Reyes 21:7

El vocablo "celo" (kinah, heb) tiene la connotación de ejercer la defensa de los propios derechos. El celo de Dios procura proteger a su pueblo del pecado de la idolatría y de la inmoralidad que la acompaña. (comentario tomado de la Biblia de Estudio Siglo XXI)


La contaminación del templo por la idolatría.


El pueblo de Israel se había desviado de su camino, la idolatría había llenado sus vidas. Los ídolos que habían colocado en el templo de Dios, lo habían profanado y la contaminación del mismo, fue la causa de su destrucción. Continuemos con el relato del capitulo 8 de Ezequiel:

"Y me dijo: Hijo de hombre, alza ahora tus ojos hacia el lado del norte. Y alcé mis ojos hacia el norte, y he aquí al norte, junto a la puerta del altar, aquella imagen del celo en la entrada. Me dijo entonces: Hijo de hombre, ¿no ves lo que estos hacen, las grandes abominaciones que la casa de Israel hace aquí para alejarme de mi santuario? Pero vuélvete aún, y verás abominaciones mayores. Y me llevó a la entrada del atrio, y miré, y he aquí en la pared un agujero. Y me dijo: Hijo de hombre, cava ahora en la pared. Y cavé en la pared, y he aquí una puerta. Me dijo luego: Entra, y ve las malvadas abominaciones que estos hacen allí. " Exequiel 8:5-9

Ezequiel alza su mirada al lado norte y observa, junto a la puerta del altar, la imagen del celo en la entrada. Como ya mencioné anteriormente, esta imagen, podría ser la de Acera. Lo importante aquí, es notar que el templo había sido profanado, al poner en él, imágenes de dioses falsos. Dios expresa que, debido a tanta idolatría, Él está siendo alejado de su propio santuario. Esto va a traer como consecuencia, la destrucción total del templo en Jerusalén. El relato continúa con Dios diciéndole al profeta, que se vuelva y verá abominaciones mayores. Ezequiel mira un agujero en una pared, Dios le pide que cave y el profeta obedece. Cabe suponer aquí que, un espíritu no cavaría, por lo tanto, pareciera que sí estaba Ezequiel físicamente en Jerusalén.

"Entré, pues, y miré; y he aquí toda forma de reptiles y bestias abominables, y todos los ídolos de la casa de Israel, que estaban pintados en la pared por todo alrededor. Y delante de ellos estaban setenta varones de los ancianos de la casa de Israel, y Jaazanías hijo de Safán en medio de ellos, cada uno con su incensario en su mano; y subía una nube espesa de incienso. Y me dijo: Hijo de hombre, ¿has visto las cosas que los ancianos de la casa de Israel hacen en tinieblas, cada uno en sus cámaras pintadas de imágenes? Porque dicen ellos: No nos ve Jehová; Jehová ha abandonado la tierra." Ezequiel 8:10-12

Al entrar el profeta por la puerta que halló, vio las abominaciones del culto animal de los egipcios y los cananeos, que aquí se describen como "los ídolos de la casa de Israel" grabados en la pared. (comentario tomado de la Biblia de Estudio Siglo XXI). En Egipto, durante la época del Éxodo, los egipcios adoraban todo tipo de animales, por ese motivo, vinieron las diez plagas, las cuales ridiculizaron a los diferentes dioses egipcios.

Jaazanías era miembro de una familia prominente, hijo de Safán, uno de los dirigentes de la administración del rey Josías.

Los ancianos de Israel ofreciendo incienso a los dioses falsos, una abominación más, que traería juicio contra ellos, por su pecado.


Adoración a Tamuz.


"Me dijo después: Vuélvete aún, verás abominaciones mayores que hacen estos. Y me llevó a la entrada de la puerta de la casa de Jehová, que está al norte; y he aquí mujeres que estaban allí sentadas endechando a Tamuz. Luego me dijo: ¿No ves, hijo de hombre? Vuélvete aún, verás abominaciones mayores que estas." Ezequiel 8:13-15

Tamuz era un dios babilónico de la naturaleza, se le representaba como si se estuviese muriendo en el abrasador calor del verano, y como yaciendo adormecido durante los fríos meses del invierno. Hacia fines de otoño se celebraban festivales de duelo, y en la primavera se realizaba una celebración de la resurrección, cuando este dios de la naturaleza revivía. Ezequiel vio a las mujeres israelitas participando de los ritos del duelo por Tamuz. Este hecho constituía una evidencia adicional de la amplitud de la decadencia espiritual. En la cultura oriental, las mujeres eran las más conservadoras y, generalmente, eran las últimas en abandonar sus lealtades anteriores. (Comentario tomado de la Biblia de Estudio Siglo XXI)


Realmente lo que estaban haciendo era algo tremendo. Tamuz era el dios babilónico Dumuzi, el dios de la vegetación de la primavera. Moría en el otoño y en el invierno, descendía al Hades y luego revivía otra vez cada vez que volvía el verano. La adoración de este dios era practicada en Fenicia, y luego ese culto se difundió hasta Grecia, y donde Adonis fue el equivalente de Zamuz. Y esas mujeres que lloraban aquí estaban celebrando la muerte de este dios; su adoración era realmente la adoración de la naturaleza, y conectado con ella se practicaban algunas de las ceremonias más viles e inmorales. (Tomado de escuelabiblica.com)


Adoración al sol.

"Y me llevó al atrio de adentro de la casa de Jehová; y he aquí junto a la entrada del templo de Jehová, entre la entrada y el altar, como veinticinco varones, sus espaldas vueltas al templo de Jehová y sus rostros hacia el oriente, y adoraban al sol, postrándose hacia el oriente. Y me dijo: ¿No has visto, hijo de hombre? ¿Es cosa liviana para la casa de Judá hacer las abominaciones que hacen aquí? Después que han llenado de maldad la tierra, se volvieron a mí para irritarme; he aquí que aplican el ramo a sus narices. Pues también yo procederé con furor; no perdonará mi ojo, ni tendré misericordia; y gritarán a mis oídos con gran voz, y no los oiré." Ezequiel 8:16-18

Dentro del templo, estaban adorando al sol, postrándose hacia el este. La Biblia de Estudio Siglo XXI, tiene el siguiente comentario al respecto: "El culto a las estrellas y los planetas estaba muy desarrollado en Babilonia. Ezequiel vio 25 hombres (probablemente sacerdotes o levitas) que estaban adorando a Samás, el dios-sol-babilónico, en la misma 'entrada del templo' ".

La expresión "aplican el ramo a sus narices" se refiere a "llevan la rama de la vid a sus narices" una oscura expresión idiomática hebrea, evidentemente se trataba de una obscenidad o insulto dirigido a Jehová. Los comentaristas judíos del pasado decían que esta práctica revelaba ritos religiosos escandalosos, degradantes, del más bajo nivel. Y esa era la actitud burla y desprecio de aquel pueblo hacia Dios.


Conclusión.


Dios es misericordioso y amoroso, lento para la ira y grande en misericordia, sin embargo, Él es paciente, esperando el arrepentimiento, pero si la maldad llega al colmo, su juicio es decretado. Hemos visto en los primeros ocho capítulos de Ezequiel, como Dios una y otra vez, envió mensajes mediante el profeta, pero el pueblo hizo caso omiso de las advertencias. El juicio de Dios ya no se hará esperar más.

Hasta acá el estudio del capítulo 8 de Ezequiel, espero que haya sido de bendición y aprendizaje para usted. La próxima semana estaremos iniciando con el capítulo 9. ¡Muchas gracias!