jueves, 5 de noviembre de 2020

Apocalipsis 22 - El río y el árbol de la vida

 


Apocalipsis 22 - El río y el árbol de la vida

por José Daniel Quesada


Introducción

Nos disponemos a entrar al final de la profecía apocalíptica revelada a Juan. Hemos pasado ya por los veintiún capítulos precedentes, donde Jesucristo se revela y les envía su mensaje a las siete iglesias. Vimos como este mensaje dado a las iglesias, tipifica la era completa de la iglesia, desde su primer siglo, hasta que sea arrebatada y llevada al cielo. Luego vimos la adoración de la iglesia en el cielo; al Cordero, el único digno en el cielo y en la tierra de poder abrir los sellos del libro. Seguidamente, el Cordero empieza a abrir los sellos y los juicios de Dios, empiezan a ser enviados sobre los habitantes de la tierra. Estudiamos que este periodo corresponde a la semana setenta del libro profético de Daniel. Periodo que también se conoce como La Gran Tribulación. Durante este tiempo, Dios va a tratar con su pueblo Israel; y con las naciones incrédulas. Después de los siete sellos, las siete trompetas y las siete copas de la ira de Dios, vimos la destrucción de la bestia (el anticristo) y el falso profeta. Satanás es atado y da inicio el reinado de Jesucristo en la tierra, por un periodo de mil años. Después de esos mil años, Satanás es desatado por un breve periodo de tiempo y va a engañar a las naciones y las levanta contra el gobierno de Jesucristo. En su intento de atacar la ciudad santa de Jerusalén, Dios los destruye con fuego desde el cielo. Juan ve descender la nueva Jerusalén, ataviada como una novia dispuesta para su marido. Esos fueron los detalles estudiados en el capítulo anterior. Llegamos al final del libro, con unos detalles finales del interior de la ciudad, un río y un árbol de vida.

El río y el árbol de vida

"Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero." Apocalipsis 22:1

Recordando el huerto del Edén, llamado también el Paraíso; había en él un río que lo regaba.

"Y salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos." Génesis 2:10

Dios está liberando a la vieja creación de los efectos del pecado y vuelve a dotar a la nueva creación del estado original que tuvo el Edén, antes de la maldición de la tierra por causa del pecado. En el capítulo anterior, vimos detalle externos de la Nueva Jerusalén, pero ahora Juan nos lleva a su interior, directamente al trono de Dios y del Cordero. Nos dice que un río resplandeciente como cristal, salía del trono de Dios y del Cordero. En la creación se estableció que la tierra subsiste por el agua. El agua es la sangre del planeta, y es purificada mediante el mar y el ciclo del agua. En la nueva creación ya no habrá mar, por lo tanto, debemos entender este río, como un simbolismo de que la vida procede y es sustentada por Dios. Esta visión de un río de vida, es mostrada a través de los profetas del Antiguo Testamento. Veamos algunos ejemplos: 

"Me hizo volver luego a la entrada de la casa; y he aquí aguas que salían de debajo del umbral de la casa hacia el oriente; porque la fachada de la casa estaba al oriente, y las aguas descendían de debajo, hacia el lado derecho de la casa, al sur del altar. Y me sacó por el camino de la puerta del norte, y me hizo dar la vuelta por el camino exterior, fuera de la puerta, al camino de la que mira al oriente; y vi que las aguas salían del lado derecho. Y salió el varón hacia el oriente, llevando un cordel en su mano; y midió mil codos, y me hizo pasar por las aguas hasta los tobillos. Midió otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta las rodillas. Midió luego otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta los lomos. Midió otros mil, y era ya un río que yo no podía pasar, porque las aguas habían crecido de manera que el río no se podía pasar sino a nado. Y me dijo: ¿Has visto, hijo de hombre? Después me llevó, y me hizo volver por la ribera del río. Y volviendo yo, vi que en la ribera del río había muchísimos árboles a uno y otro lado. Y me dijo: Estas aguas salen a la región del oriente, y descenderán al Arabá, y entrarán en el mar; y entradas en el mar, recibirán sanidad las aguas. Y toda alma viviente que nadare por dondequiera que entraren estos dos ríos, vivirá; y habrá muchísimos peces por haber entrado allá estas aguas, y recibirán sanidad; y vivirá todo lo que entrare en este río. Y junto a él estarán los pescadores, y desde En-gadi hasta En-eglaim será su tendedero de redes; y por sus especies serán los peces tan numerosos como los peces del Mar Grande. Sus pantanos y sus lagunas no se sanearán; quedarán para salinas. Y junto al río, en la ribera, a uno y otro lado, crecerá toda clase de árboles frutales; sus hojas nunca caerán, ni faltará su fruto. A su tiempo madurará, porque sus aguas salen del santuario; y su fruto será para comer, y su hoja para medicina." Ezequiel 47:1-12

También el profeta Joel nos hace mención del rio que sale de la casa de Jehová. 

"Sucederá en aquel tiempo, que los montes destilarán mosto, y los collados fluirán leche, y por todos los arroyos de Judá correrán aguas; y saldrá una fuente de la casa de Jehová, y regará el valle de Sitim." Joel 3:18

Otro ejemplo que podemos ver, lo encontramos en el profeta Zacarías.

"Acontecerá también en aquel día, que saldrán de Jerusalén aguas vivas, la mitad de ellas hacia el mar oriental, y la otra mitad hacia el mar occidental, en verano y en invierno." Zacarías 14:8

También Jesucristo habló del agua viva en los evangelios.

"En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado." Juan 7:37-39

Este pasaje de Juan, también sirve para confirmar lo que mencioné al inicio, de que este río es un símbolo de que la vida se origina y se sustenta en Dios. Juan nos relata en su evangelio, que esta agua viva, es el Espíritu Santo.


El árbol de la vida

"En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones." Apocalipsis 22:2

Nuevamente recordamos el Jardín del Edén, cuando Dios hecho a Adán y Eva del mismo; para que no comieran del árbol de la vida. Este árbol estará en la Nueva Jerusalén y Juan nos dice que estará en medio de la ciudad. Que su fruto se dará los doce meses del año, no nos dice que sea para la vida; pero en Génesis Dios dijo que si se comía de él se viviría para siempre. Además, Juan también nos dice que las hojas de este árbol, serán para la sanidad de las naciones. No tenemos mucha referencia de este árbol, si ¿será solo uno?, si ¿habrá más?, ¿cada cuánto se deberá comer del fruto?, ¿todos los meses, una vez al año?. Son interrogantes de las cuales no tenemos respuesta. Esto lo sabremos cuando estemos allí.


Dios y el Cordero habitarán en la ciudad

"Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos." Apocalipsis 22:3-4

Como lo mencioné en el estudio anterior, Dios y Jesucristo, estarán en la ciudad, la cual será como el Lugar Santísimo del Tabernáculo. La maldición habrá desaparecido en la nueva creación, Juan nos dice que no habrá más maldición; esto nos garantiza que la nueva creación no pasará por otra condenación. Dios estará en su trono, juntamente con el Cordero. Le podremos servir y ver su rostro y su nombre estará en nuestras frentes como señal de que le pertenecemos. Alguno se preguntan ¿Qué haremos en la eternidad? La Biblia no nos lo dice, sin embargo, dice Juan que le serviremos y que reinaremos por los siglos de los siglos. En la nueva creación habrá un nuevo universo y es posible que Dios tenga trabajo para nosotros en diferentes galaxias. En la ciudad no habrá necesidad de luz de ningún tipo, pues no habrá noche y Dios el Señor la ilumina con su gloria. El reinado de Dios será por los siglos de los siglos, en otras palabras será eterno. A comenzado la eternidad para el hombre.


La venida de Cristo está cerca

Después de la visión interna de la ciudad, Juan hace un cambio de tema. Ya su visión de los acontecimientos revelados a él, ha llegado a su fin. El ángel que empezó a mostrarle esta última visión, le dice lo siguiente:
"Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto. !!He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro. Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas. Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios. Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca." Apocalipsis 22:6-10

Así como el Señor es fiel y verdadero, así estas palabras dadas a Juan lo son. El ángel enfatiza que todo lo que se le ha mostrado a Juan, es aprobado por Dios, pues Él ha enviado a su ángel a mostrar las cosas que van a suceder. ¡Jesucristo viene pronto! se enfatiza la segunda venida del Señor a la tierra en breve. Recordemos que mil años para Dios, son como un día; y un día, es como mil años. Se da una bienaventuranza para aquel que guarda las palabras de este libro. Juan enfatiza también que él oyó y vio todas las cosas que ha escrito. Y sobrecogido se postra ante el ángel, pero nuevamente, se rechaza su adoración, dejando evidente que no debemos adorar a los ángeles. Hay personas que les rezan a los ángeles y les piden, pero vemos que no es correcta esta acción. Finalmente, Juan recibe la orden de no sellar las palabras de la profecía de este libro, la razón, el tiempo está cerca. A diferencia del profeta Daniel, el cual se dispuso a escribir lo que se le había mostrado, pero recibió la orden de sellar las palabras. Vemos que a Juan, se le dice que no las selle, porque el tiempo está cerca. Si estaba cerca en esa época, con mucha más razón en la actualidad.


Reacciones ante la venida de Cristo

Las aptitudes de la gente ante la segunda venida de Cristo son múltiples. Jesús mismo dijo en los evangelios:
"Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?" Lucas 18:8

Juan escribió al respecto lo siguiente: 

"El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía. He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último. Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad." Apocalipsis 22:11-14

Cada ser humano debe tomar una decisión por Cristo, aceptarlo o rechazarlo, no hay término medio, frío o caliente, a los tibios los vomita, según Apocalipsis:

"Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca." Apocalipsis 3:16

Sin embargo, muchos han escuchado de Cristo, conocen su pecado, pero no quieren cambiar, ni arrepentirse de sus hechos. Por esta razón a Juan se le dice que, el que es injusto, continuará siendo injusto; el que es inmundo, seguirá siendo inmundo, pero el que es justo, seguirá practicando la justicia, y el santo seguirá santificandose. 


La recompensa del Señor a los fieles

Jesús viene pronto y promete venir con su galardón para premiar a cada uno según lo que hizo con el evangelio y los dones que recibió. Esto lo mencionó el Apóstol Pablo en su segunda carta a la iglesia de Corinto:

"Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo." 2 Corintios 5:10


Bienaventuranza

Finalmente, encontramos otra bienaventuranza, esta es para los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas de la ciudad. Recordemos que en el capítulo anterior, se nos dijo que solo los inscritos en el libro de la vida del Cordero, podían entrar en la ciudad. Pues estos mismos son los que pueden comer del árbol de la vida. 

En contraste con los que lavan sus ropas, encontramos a los que rechazan el mensaje del evangelio:

"Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira." Apocalipsis 22:15

En el texto anterior se utiliza "perros" una fuerte palabra para referirse a los que menosprecian la sangre de Cristo, pues rechazan la salvación. Los hechiceros son agentes de Satanás, por lo tanto se excluyen; obviamente, incluye a los que buscan sus servicios. La Biblia emplea la palabra "fornicario" no solo para los que practican el acto sexual, fuera del matrimonio, sino también para toda inmoralidad sexual. Los homicidas no solo incluye el asesinato, sino el odio a los demás, Juan dijo: "Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él." 1 Juan 3:15 . Los idólatras, son aquellos que anteponen cualquier otra cosa en el lugar de Dios, sea trabajo, familia, o criaturas de la creación. Finalmente, se menciona a los que aman y hacen mentira, estos son hijos de Satanás, pues el diablo es padre de la mentira.


Jesús da testimonio de la veracidad de estas profecías

"Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana." Apocalipsis 22:16

Jesús mismo, con su autoridad, garantiza que él ha enviado a su ángel a dar testimonio de estas cosas en las iglesias. Hace una declaración de su humanidad y su divinidad, al decir que él es la raíz y linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.

"Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones" 2 Pedro 1:19

En el texto anterior el Apóstol Pedro hace referencia de Jesús, como el lucero de la mañana.


La iglesia dice ¡ven!

"Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente." Apocalipsis 22:17

Recordemos que ya estamos fuera de las profecías, por lo tanto, la iglesia aún no ha sido llevada al cielo, por eso, cuando Jesús dice que viene pronto, el Espíritu y la Iglesia dicen: Ven. Porque el anhelo de la iglesia es estar con su esposo. Por eso todo el que oye esta declaración debe decir: ¡Ven!


Maldición para los que alteren la profecía

"Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro." Apocalipsis 22:18-19

Ya finalizando el libro, Juan testifica y da una advertencia, para todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro. Si alguno añade o quita de las palabras que están escritas en este libro, Dios traerá sobre él o ella, las plagas que aquí se mencionan. La expresión de que Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro; se refiere, no a que el salvo pierda su salvación, sino que, al saber Dios lo que habría de acontecer, ya está excluído de la vida eterna, pues nunca aceptó el evangelio y eso lo excluye. 


Jesucristo confirma su venida

"El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús." Apocalipsis 22:20

Antes de la despedida de Juan, Jesucristo mismo da testimonio de lo revelado a Juan y dice: Ciertamente vengo en breve. La respuesta a esta afirmación por parte de la iglesia es: Sí, ven, Señor Jesús. Toda la revelación de Juan ha sido confirmada directamente por Jesucristo, él mismo inició presentándose ante Juan para revelarse ante él. Antes de finalizar vuelve a confirmar la autenticidad del mensaje y ahora nuevamente confirma todas las cosas. Reafirmando la veracidad y cumplimiento de todo lo revelado.


Despedida de Juan

Juan llega al final de su libro, ha escrito todo lo que le ha sido revelado y toda la profecía de los acontecimientos finales y como el reino del Mesías será instaurado y el mal será erradicado. Por lo tanto termina su libro de la siguiente manera:
"La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén." Apocalipsis 22:21

La gracia, ese regalo de Dios, inmerecido por la humanidad, es el deseo de Juan que sea con todos. Amén.


Conclusión

El 18 de febrero del 2019 hice mi primera publicación sobre este libro. Un año y nueve meses después, por la gracia de Dios, estamos terminando el libro. Obviamente, el atraso se debió a que, inicié el estudio del libro de Daniel, para que se entendiera mejor, los que veríamos en Apocalipsis. Doy gracias a Dios por la oportunidad de poder publicar estos estudios y solo pido que su nombre sea glorificado y exaltado por todos aquellos que lo hayan seguido. Espero que Dios lo use, para que en el futuro, siga siendo de bendición para los que lo lleguen a leer.  Si usted no siguió el estudio de Daniel, le invito a leer las publicaciones sobre el mismo. ¡Muchas gracias!