Mensajes a las siete iglesias
Comenzamos con el estudio del segundo
capitulo del libro, aquí comienza la segunda división de Apocalipsis. Vamos a
analizar las cartas que se le pide a Juan escribir a las siete iglesias. Las
iglesias mencionadas son históricas y se ubicaban en el Asia Menor; la mayoría
de ellas fueron establecidas por el Apóstol Pablo en sus viajes misioneros. El
número de iglesias de la época era mayor, sin embargo al escoger siete, número
que implica integridad, completo, perfección, entendemos entonces que estas
siete iglesias representan a la iglesia apostólica a través de la historia. En
otras palabras, ellas ejemplifican a la iglesia en sus diferentes estados
espirituales a través de los tiempos. El aspecto espiritual de las iglesias que
han existido, existen y existirán (desde la perspectiva de la época en que Juan
tuvo la visión) la problemática y situación histórica de cada una de ellas. Se
trata entonces de la historia progresiva de la iglesia.
Las iglesias escogidas
Veremos también el mensaje específico que
Jesús le da a cada una, el cual sigue siendo relevante en cualquier tiempo y
época. Estas iglesias estaban ubicadas en cada una de las ciudades con las que
se les asocia, sin embargo, a excepción de Éfeso y Laodicea, no eran muy
importantes en esos días, ya que la Biblia nos la menciona anteriormente en
otro de sus libros. Sin embargo, el mensaje que se les envía, como mencioné
anteriormente, resulta válido para todas las iglesias del mundo en cualquier
lugar y época.
A pesar de existir otras iglesias, que se
podrían considerar con mayor importancia, tales como Jerusalén, Corinto,
Colosas, Antioquía, Roma, Alejandría o Hierápolis, las mencionadas en
Apocalipsis probablemente fueron escogidas, por presentar los aspectos que
Jesús quería evidenciar como ejemplo para la posteridad.
El significado del término iglesia
Por lo general, en el habla popular, se
denomina como iglesia al templo, el edificio religioso donde se reúnen los
feligreses. Sin embargo la palabra iglesia viene del vocablo griego ekklesía ( ἐκκλησία) que se refiere a una asamblea pública, generalmente de
orden político, convocada por un heraldo oficial. Jesús utiliza esta palabra
para designar así a su nueva asamblea de creyentes. Por lo tanto, entiéndase la
palabra iglesia, como la asamblea de creyentes reunidos para la realización de
actos litúrgicos de alabanza y adoración a Dios. Esta asamblea es local y
específica, de ahí que las cartas se dirigen a la iglesia de cada lugar
particular. Jesús no le pide a Juan que escriba una carta a la iglesia
universal, ya que este concepto no existe como tal, no hay una jerarquía
mundial que rija sobre la iglesia. Jesús envía su mensaje a cada iglesia local,
porque cada iglesia es un cuerpo local, con gobierno local. A pesar de esto, sí
podemos entender bíblicamente hablando, que al mencionar a la iglesia en un
contexto global, se refiera a la asamblea de todos los creyentes en Cristo alrededor de todo el mundo. Sin embargo, sin un gobierno ni jerarquía mundial,
como ya lo mencioné.
Los destinatarios
Jesús le pide a Juan, escribirle al ángel
de cada iglesia, esto se puede interpretar de dos maneras, la primera, que hay
un ángel de parte de Dios asignado en cada iglesia. La segunda, que este ángel
se refiere al pastor de dicha congregación. Si entendemos que la carta es
física, el destinatario debe serlo también, por lo tanto, en mi opinión
personal, me inclino a creer que la carta iba dirigida al pastor o líder de
cada iglesia.
Éfeso la primera de las iglesias
Es muy probable que la razón por la que la
primera carta sea dirigida a la iglesia en Éfeso (actual Turquía, fue una de las doce ciudades jónicas a
orillas del mar Egeo ),
obedezca a que en los tiempos de Juan, ésta ciudad era el puerto de mayor
importancia de toda Asia, se le conocía como “El Mercado de Asia”, además,
todas las vías terrestres del Valle del Caistro ( el Caistro es un corto río de Turquía, que discurre al sur de Esmirna, en cuya ribera Éfeso fue edificada) convergían en ella. Por lo tanto, la ciudad de
Éfeso era la puerta de Asia para aquellos que venían de Roma y también el paso
obligado para los que se dirigían a Roma. Para esa época, la ciudad era la más
rica e importante de Asía. Además de todo esto, Éfeso tenía un elevado
reconocimiento social y tenía el estatus de ciudad libre, honor que pocas
poblaciones podían ostentar, por el servicio prestado al imperio.
La ruta de las cartas
El orden de las iglesias a las que Juan
debía de escribirles, sigue la ruta lógica de la época, desde la isla de Patmos
hasta la ciudad de Laodicea, comenzando en Éfeso, que era la puerta de entrada
a Asia, como ya lo mencioné. Es interesante que esta ruta dibuja un triángulo,
siguiendo el orden de las cartas: Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis,
Filadelfia y Laodicea. El triángulo es un símbolo de Dios, recordemos el
simbolismo de los números (3) mencionado en la primera entrega de este estudio
“El
Apocalipsis“.
El mensaje para la iglesia de Éfeso
Etimológicamente, Éfeso significa deseable
o deseo ardiente. Lo que nos da una idea de lo que era la ciudad con este
nombre. La época en que históricamente se ubica a esta iglesia, está entre los
años 33 y 100 d C. se le conoce como la Iglesia Apostólica.
La ciudad ostentaba una de las siete
maravillas del mundo antiguo, el Templo de Artemisa (para los griegos) o Diana
(para los romanos). El culto a Artemisa incluía prácticas vergonzosas y viles
como la prostitución y la mutilación en los ritos. Heráclito, el filósofo
plañidero de Éfeso, se lamentaba de la vileza de la ciudad.
El mensaje
"Escribe al ángel de la iglesia en Efeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto:Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco.El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios." Apocalipsis 2:1-7
La iglesia del primer
siglo
Éfeso tipifica la iglesia del primer siglo.
Una de las razones por las que se le atribuye a Juan el apóstol, la escritura
del libro, es que Éfeso era la iglesia donde Juan ejerció su ministerio
apostólico (pastor), al final del primer siglo. La isla de Patmos, donde el
escritor de Apocalipsis se encontraba desterrado, se encuentra a 89 kilómetros
de donde estuvo la ciudad de Éfeso. Juan predicaba sobre el amor y se le
conocía como el apóstol del amor. Su énfasis era motivar a los creyentes a
recuperar su primer amor por el Señor. Analicemos el mensaje:
La presentación de Cristo
"Escribe al ángel de la iglesia en Efeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto:"
En este primer versículo notamos en primer
lugar la manera en que Juan describe a Jesús. Dice que Jesús es el que tiene
las siete estrellas en su diestra, estas siete estrellas representan a los
pastores de las iglesias y el hecho de que estén en la mano de Jesús, implica
que Él tiene el cuidado de ellos. Los siete candeleros de oro representan a la
iglesia y la luz del evangelio que predican.
La alabanza"Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado."El mensaje de Jesucristo inicia con una alabanza a la labor realizada por la iglesia. Manifiesta su conocimiento de las obras realizadas, su sufrimiento y paciencia. Su discernimiento espiritual y sabiduría para probar y evaluar a los que dicen tener el liderazgo espiritual, analizando sus vidas y doctrinas. Jesús alaba las obras de la iglesia de Éfeso, no porque hayan sido realizadas para ganar el favor de Dios, sino por amor a las personas, manifestando el amor de Cristo en ellos. La iglesia trabajó hasta el cansancio (arduo trabajo) y lo hicieron con paciencia, uno de los aspectos del fruto del Espíritu Santo. También la iglesia es elogiada por no soportar a los malos (aspecto que hoy día es criticado en las iglesias, pues con la excusa de la tolerancia y derechos humanos, se pretende obligar a la iglesia a aceptar conductas anti bíblicas).
Finalmente, en este elogio, se les reconoce
que su arduo trabajo ha sido por amor del nombre del Señor, en otras palabras,
llevaban su cruz como mandó el Señor y lo hacían sin desmayar.
Siete palabras de alago
para la iglesia de Éfeso :
1. Sus
obras.
2. Arduo trabajo.
3. Paciencia.
4. No puede soportar a los malos.
5. Ha probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los ha hallado mentirosos .
6. Ha trabajado arduamente por amor de Cristo.
7. No ha desmayado.
2. Arduo trabajo.
3. Paciencia.
4. No puede soportar a los malos.
5. Ha probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los ha hallado mentirosos .
6. Ha trabajado arduamente por amor de Cristo.
7. No ha desmayado.
La queja
"Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor."
¿A qué se refiere aquí con dejar el primer
amor? Tal vez usted recuerda la primera vez que tuvo este sentimiento. Por lo
general nos sucede en nuestra etapa de adolescentes y juventud. El amar por
primera vez nos provoca un despertar de sentimientos que no habíamos
experimentado antes. Un deseo de pasar tiempo con la persona amada y entregarse
por completo a ese amor.
Ese sentimiento es lo que experimentamos al
llegar al conocimiento de Cristo, cuando comprendemos nuestra condición de
pecadores, y nuestra necesidad de salvación. Al entender la obra expiatoria y
redentora de Cristo en nuestro favor, y le aceptamos como nuestro único y
suficiente salvador, mediante un acto de fe en Él, se produce en nosotros un
enamoramiento hacia el Señor, que todo nuestro mundo cambia. Deseamos estar
siempre en su presencia en oración, deseamos estar en el templo, congregados
con la iglesia. Pasamos tiempo leyendo la Biblia y Cristo es todo nuestro
mundo. En síntesis, esto es lo que significa ser cristiano, amar a Cristo.
Pérdida del primer amor
La iglesia de Éfeso, había caído en una
fría y mecanizada ortodoxia. Su pureza doctrinal y moral, su servicio
disciplinado, su celo inquebrantable por la verdad, desplazó su amor por el
Señor. A pesar de que todo lo hacían por amor a Cristo, Él fue delegado a un
segundo lugar. La exhortación es válida para nuestros días, podemos hacer
muchas cosas por amor a Cristo, sin tener una relación personal con Él. Esto
puede sonar paradójico, pues si hacemos las cosas por amor al Señor, ¿Cómo
entonces no le amamos? pues porque caemos en religiosidad, anteponemos la
liturgia y el trabajo ministerial, a la relación personal con Cristo. Es como
cuando el mundo celebra la Navidad, y Jesús, el homenajeado, esta fuera de sus
vidas.
La Corrección"Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras"
La amonestación de Jesucristo es un llamado
a la iglesia de Éfeso al arrepentimiento. Les invita a recordar lo que eran
antes, a dar un giro de 180 grados de su rumbo actual y regresar a las primeras
obras, entiéndase por obras aquí, a su relación personal con el Señor y cumplir
con su propósito como iglesia.
La amenaza de juicio
"pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido."
La gran comisión fue asignada a la iglesia,
el evangelismo es una de las razones de ser de la iglesia. Si la iglesia no
cumple con este propósito, hay una amenaza de juicio contra ella. En este
versículo, Jesús le dice a la iglesia de Éfeso que si no se arrepiente y
regresa a las primeras obras, Él vendrá pronto y quitará el candelero de su
lugar, en otras palabras, la iglesia pierde su propósito y entonces se quita de
su lugar. No hay nada más triste que una iglesia sea cerrada, porque ya no hay
feligreses debido a que su ministerio decayó y su luz se extinguió.
Otro reconocimiento
"Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco."
El nicolaísmo es probable que represente a
un movimiento que se hizo presente en las iglesias de Éfeso y de Pérgamo, con
el fin de someter al pueblo de Dios a uno o más líderes poderosos. El término
se deriva de nikao,
palabra griega que significa “conquistar” y laos, palabra griega para “pueblo” y de
allí “conquistadores de pueblos”. El movimiento nicolaíta señala el comienzo de
una forma de sacerdocio en la iglesia.
Como comenté al principio, la iglesia
universal, estructurada con una jerarquía sacerdotal no es bíblica y el hecho
de que Jesús diga que el aborrece a los nicolaítas, me hace pensar que esta estructura
que algunas iglesias poseen, no es del agrado del Señor, pues reitero, la
iglesia es de gobierno local e independiente, según el ejemplo bíblico.
La promesa
"El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios."
Finalmente, tenemos una promesa que no solo
aplica a la iglesia de Éfeso, pues Juan escribe: El que tiene oído, oiga lo que
el Espíritu dice a
las iglesias. La promesa es para todas las iglesias y para
todas las épocas. La expresión “el que tiene oído, oiga” se refiere a oír,
espiritualmente hablando, pues es el Espíritu Santo el que habla, y de acuerdo
con la Biblia, los asuntos espirituales son de discernimiento espiritual, esto
implica que solo los que tengan al Espíritu Santo habitando en sus vidas,
tienen la capacidad de escuchar al Espíritu.
La promesa es para el que venciere, o sea,
se refiere a los individuos que forman la iglesia, cada persona está llamada a
ser un vencedor. El apóstol Juan en su primera carta define al vencedor como
aquel que cree que Jesús es el hijo de Dios.
¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? 1 Juan 5:5
El árbol de la vida es aquel que se
menciona en el Génesis, el cual Dios protegió para que el hombre no comiera de
él.
"Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida." Génesis 3:24
Ahora, en esta promesa, se nos dice que al
que venciere se le dará a comer de este árbol, en otras palabras, se nos da la
vida eterna.
Aquí termina el estudio de esta carta a la
iglesia de Éfeso, seguiremos próximamente con la carta a la iglesia de Esmirna.
Gracias por su visita y agradezco sus
comentarios.
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