La revelación de Jesucristo.
Como mencioné en la primera publicación
sobre este estudio, el tema del libro de Apocalipsis, se centra en la
revelación de Jesús dada al apóstol Juan. Desde el primer capítulo y primer
versículo, esto queda claro. Juan escribió:
” La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan ” Apocalipsis 1:1 (RVR 1960)
Tomado de la versión de la
Biblia, Reina-Valera Revisada basada en la edición de 1960).
Es importante, antes de continuar,
dedicarle unos minutos a este primer versículo del libro. Analicemos lo que el
texto dice; en primer lugar, esta revelación (La primera palabra, “apokalyptein”, traducida como “la
revelación”, significa quitar el velo de algo que permanece oculto para que se
pueda ver. Como ya sabemos, el hombre es incapaz de penetrar en el secreto de
las realidades espirituales y eternas que se esconden más allá de sus sentidos,
y esto seguiría siendo así si Dios no hubiera tomado la iniciativa de dárnoslas
a conocer. Y el libro de Apocalipsis es una parte de esa revelación escrita que
nos permite conocer aquellas cosas sobre el futuro de la historia de la
humanidad que de otro modo desconoceríamos por completo. Por lo tanto, nos
encontramos ante un libro que no es fruto de la sabiduría humana, sino de la
inspiración divina) de Jesucristo (1)
(1) (esta palabra viene de la expresión Jesús el Cristo, donde Cristo es la palabra griega para Ungido, que viene de la palabra judía “Mashiakh” que se traduce Mesías. Por lo tanto la expresión en sí, se interpreta como “Jesús el Ungido de Dios”)
proviene directamente del padre (que Dios
le dio) para hacer público a los siervos de Jesús, los acontecimientos futuros
(las cosas que deben suceder pronto),
mostrándoselas a Juan por medio de su mensajero (la declaró enviándola por
medio de su ángel a su siervo Juan). Aquí se usa la expresión griega “en
tachei” y se tradujo como pronto, la misma expresión fue utilizada por el
apóstol Pablo en su carta a los Romanos, y fue traducida como “en breve”.
Aparentemente la afirmación de Pablo es escatológica, o sea una promesa de que
Satanás será finalmente aplastado bajo los pies de los cristianos romanos.
(Biblia de Estudio Siglo XXI).
Por lo tanto, desde este primer versículo,
encontramos lo siguiente:
- El título del libro, Revelación (Apocalipsis).
- El tema del libro, Jesucristo.
- Revelado
directamente por Dios.
- Propósito del libro: Conocer a Jesucristo
glorificado.
- Destinatarios: Los siervos de Jesús.
- El autor del libro: Juan.
El autor
En el segundo versículo encontramos la
referencia de su autor, de quien él mismo dice que “ha dado testimonio de la
palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha
visto”. Juan hace referencia al evangelio que lleva su nombre, donde él
escribió acerca de la experiencia vivida con Jesús durante su ministerio en la
tierra. Aunque no hay una evidencia directa, de que Juan el evangelista y Juan
el que se identifica en el libro de Apocalipsis, sean la misma persona. Por la
relación que Jesús tuvo con Juan, a quien llamaba el discípulo amado y quien
era llamado por Jesús para que lo acompañara en sus oraciones y milagros; sea
el mismo a quien Jesús le reveló el Apocalipsis, considerando que para esa
fecha (90-96 d. de J. C.) era el único de los doce apóstoles con vida. La
tradición ha reconocido a Juan el evangelista y apóstol, como el autor de
Apocalipsis.
Las siete bienaventuranzas
La introducción del libro termina con el
versículo número tres, donde se menciona la primera de las siete
bienaventuranzas que tiene el libro. (ver la simbología de los números en “Numerología en el libro“)
Estas siete bienaventuranzas serán vistas,
dentro del contexto de cada una, durante el presente estudio. Por
el momento, solamente las voy a enumerar.
- Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca. (Apoc. 1-3)
- Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen. (Apoc. 14:13)
- Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza. (Apoc. 16:15)
- Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. (Apoc. 19:9)
- Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de su Cristo, y reinarán con él mil años. (Apoc. 20:6)
- Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro. (Apoc. 22:7)
- Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad. (Apoc. 22:14)
Mensaje a las siete iglesias
Hasta el momento solamente hemos abarcado
los primeros tres versículos del primer capítulo. Los cuales nos han dado luz
para la correcta comprensión de lo que vendrá. Ahora, a partir del versículo
cuatro del capítulo uno y hasta el final del capítulo tres, el tema será el
“mensaje a las siete iglesias”.
Iniciaremos el estudio de estos mensajes en
la próxima entrega, trataremos de abarcar una o dos iglesias por entrada, con
el fin de no truncar el estudio de una determinada iglesia. Por el momento
gracias por su visita, y le insto a seguir con este estudio, por favor dejar
sus comentarios, preguntas o inquietudes en el espacio correspondiente. Hasta
la próxima publicación.