jueves, 2 de julio de 2020

Apocalipsis 3:14-22 Carta a la Iglesia de Laodicea


Carta a la Iglesia de Laodicea

Introducción

La ciudad de Laodicea fue fundada por Antíoco II (261-246) y nombrada así en honor de su esposa. Laodicea fue establecida como una base militar para proteger la frontera norte del reino de Antíoco. Durante el Imperio Romano, Laodicea llegó a ser la ciudad más rica de Frigia. Bendecida con la tierra fértil del valle del río Lico, Laodicea era poseedora de ricos pastos para la crianza de ovejas. Haciendo uso de cruces cuidadosos, los ganaderos de Laodicea lograron conseguir la producción de una lana negra, suave y brillante cuya comercialización estaba en gran demanda. La iglesia de Laodicea fue, probablemente, establecida por algún discípulo de Pablo, tal vez Epafras, cuando el apóstol ministraba en Éfeso. La Biblia no registra que dicha iglesia sufriere persecución, graves herejías ni que tuviese algún gran adversario. Tampoco se cita a un remanente, pero sí se menciona la tibieza general y la indiferencia espiritual de dicha congregación. La carga a Laodicea termina con una interrogante implícita: « ¿hay en esta congregación a lo menos un solo individuo dispuesto a oír?».  (tomado de mamografías.com)

Laodicea, posiblemente la iglesia donde Arquipo fue pastor y donde Filemón sirvió como miembro prominente, era famosa por su comercio y su actividad bancaria. Hierápolis estaba vinculada con Laodicea, como centro turístico famoso por sus baños termales y minerales. Las ovejas en la ladera de la montaña lucían un bello color negro y brillante, absolutamente sin rival. Un ungüento oftálmico que se manufacturaba allí era ampliamente apreciado. A la luz de estas ventajas, la admonición del Señor de que adquiriesen de él oro refinado por el fuego, que comprasen vestiduras blancas, y que se ungieran los ojos con colirio, es sumamente reveladora. El vocablo "Amén" es de origen hebreo, y se refiere a certidumbre y seguridad. (comentario de la Biblia de Estudio Siglo XXI)

El mensaje para la Iglesia de Laodicea

"Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto: Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. !!Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete. He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias."   Apocalipsis 3:14-22
La Iglesia de Laodicea, es la única que no recibe ningún elogio. El Señor Jesús no pudo decir de ella nada positivo. El período que abarca esta iglesia inicia en el año 1900 y se extiende hasta nuestros días. Siguiendo el bosquejo del estudio de las cartas a las anteriores iglesias, vamos a ver la manera en que Cristo es presentado. 

La presentación de Jesucristo

A Jesucristo se le presenta en esta carta como el "Amén", el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios. Al igual que las anteriores cartas a las otras iglesias, al Señor Jesús se le presenta con varios títulos. Anteriormente, en la introducción leímos que la palabra "Amén" tiene su origen en el hebreo, y se refiere a certidumbre y seguridad. 
"El que se bendijere en la tierra, en el Dios de verdad se bendecirá; y el que jurare en la tierra, por el Dios de verdad jurará; porque las angustias primeras serán olvidadas, y serán cubiertas de mis ojos." Isaías 65:16
En el hebreo se traduce "Dios de verdad", como "Dios del Amén", resaltando de este modo, que Dios es digno de toda credibilidad. Además, Él es el Testigo Fiel y verdadero, es digno de toda confianza, veraz a toda prueba. Esto revela que solamente el Señor Jesucristo es quien puede revelarlo todo y contarlo todo. Él es el principio de la creación de Dios, aquí hay que tener cuidado, no se está diciendo que Jesucristo haya sido creado, sino, que la creación tuvo principio en Él. En otras palabras, Jesucristo es el creador, según lo podemos leer en el Evangelio según Juan:
"En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas; y sin él nada de lo que es hecho, fué hecho." Juan 1:1-3
También el Apóstol Pablo escribió, en su carta a la iglesia de Colosas, lo siguiente:
"El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten."  Colosenses 1:15-17

Jesús conoce las obras de la Iglesia de Laodicea


"Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. !!Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca." Apocalipsis 3:15-16
 Las palabras con las que comienza el Señor a referirse, sobre las obras de la iglesia, no son para nada esperanzadoras. Por el contrario, al decir que no eran ni fríos ni calientes, denota esa cualidad nauseabunda de lo tibio. De ahí la expresión de vomitarlos de su boca. De acuerdo con las palabras originales empleadas para frío y caliente, la primera hace referencia a un frío extremo, a punto de congelación. Y caliente hace referencia al estado a punto de ebullición. En lo personal, entiendo bien esta metáfora, pues me gusta comer bien caliente y que las bebidas frías, estén bien frías, si es posible, incluso con hielo. Los alimentos y bebidas tibios, me dan nauseas. 

Razones por las cuales Jesús considera tibia a la iglesia

Continuando con el texto bíblico, Jesús da sus argumentos, del por qué, considera las obras de la iglesia tibias:
"Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo." Apocalipsis 3:17
La Iglesia de Laodicea, era una iglesia materialista, tanto así, que había dejado fuera de sus vidas a Dios. El Señor les hace ver que ellos se creían ricos y sin ninguna necesidad, incluso de Dios. Pero se les hace ver que realmente eran desventurados, miserables, pobres, ciegos y desnudos.  Podemos denominar a esta iglesia, como la iglesia apóstata y ecuménica. Lamentablemente, la iglesia ha dejado de lado el mensaje del evangelio de salvación y se ha enfocado en doctrinas erróneas como la llamada "doctrina de la prosperidad". En mensaje que se da en algunas iglesias es muy superficial y se busca no confrontar a los feligreses, para tenerlos contentos.

La Iglesia de Laodicea, es una iglesia indiferente. El problema es que el cristianismo, como sistema de vida y de valores, ha dejado de ser relevante para la mayoría de la gente. El mundo no percibe ya al cristianismo como un modo de vida que pueda hacer que la vida valga la pena: Y los cristianos, tal vez, deberíamos realizar una sana autocrítica: ¿No será que el mundo no quiere ser cristiano, porque no encuentra nada atractivo en ser cristiano? ¿No será que los hombres y mujeres de este siglo XXI no encuentran atractivo un estilo de vida que, observado en algunos cristianos que proclaman ser "diferentes", no parece ser, en realidad, tan diferente del suyo propio?

Hay una frase célebre pronunciada por Gandhi en una oportunidad. Él dijo: "Me gusta Cristo, pero no me gustan los cristianos". Esta es una realidad muy dura, los cristianos deberíamos de ser ejemplo de misericordia, piedad, justicia y amor. Ser cristiano implica reflejar a Cristo en nuestras vidas, pero parece que lo que reflejamos es a nosotros mismos. 

Gracias a Dios, Él siempre se ha reservado un remanente fiel, y no todas las iglesias de nuestros días son como Laodicea, sin embargo, debemos estar atentos y no dejar que el amor de la iglesia se enfríe. El Señor viene pronto, estemos velando y haciendo su voluntad, el Señor viene por una iglesia Santa y sin mancha.

El consejo del Señor a la iglesia

"Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete." Apocalipsis 3:18-19
En una oportunidad, el Señor le dijo a un joven rico que vendiera todo lo que tenía y lo diera a los pobres, pero se entristeció porque tenía muchas posesiones.
"Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz." Marcos 10:21
La confianza depositada en los bienes materiales en esta tierra, nos impiden llevar una vida de piedad y entrega al Señor. Jesús dijo, que donde esté nuestro tesoro, allí estará también nuestro corazón.  El consejo que Jesús le da a la Iglesia de Laodicea, es que haga tesoros en el cielo y sea rico en el Señor. Que se vistan de santidad y pureza y que vean bien su manera de proceder y actuar.  Deja claro el hecho de que Él reprende y castiga a todos los que ama y exhorta a la iglesia a ser celosa y arrepentirse.  Salomón en el libro de los Proverbios escribió:
"El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia." Proverbios 28:13
Dios no quiere que la humanidad se pierda, sino que todos procedan al arrepentimiento. Sin embargo, la dureza del corazón del hombre, lo aleja de Dios.

Una esperanza y promesa para todos

La carta a la Iglesia de Laodicea, termina con una palabra de esperanza y una promesa dada por el Señor Jesucristo.
"He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias." Apocalipsis 3:20-22
La palabra del Señor indica que Él está llamando a la puerta, este llamado es para el arrepentimiento, si estamos atentos a su voz y le abrimos la puerta de nuestro corazón, Él promete que tendrá un banquete espiritual con nosotros. Finalmente, termina con la promesa de que al que venza, se sentará con Él a reinar. 

La carta cierra con la misma expresión que las anteriores, el que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Este cierre en todas las cartas, indican que debemos tener en cuenta, todas y cada una de las exhortaciones y recomendaciones que Dios, mediante su Santo Espíritu, nos da en cada carta. Es un llamado a estar atentos y no ser despreocupados en los asuntos espirituales.

De esta maner concluimos el estudio de las siete cartas enviadas a las iglesias. Próximamente estaremos iniciando con el capítulo cuatro de Apocalipsis. Hasta entonces, bendiciones!