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jueves, 20 de agosto de 2020

Apocalipsis 11 - Los dos testigos y la séptima trompeta


Apocalipsis 11 - Los dos testigos y la séptima trompeta

por José Daniel Quesada


Introducción

En la entrega anterior, iniciamos con la primera parte del interludio, entre la sexta trompeta y la séptima. Ahora vamos a estudiar la segunda parte de ese intermedio, donde dos personajes singulares aparecen en Jerusalén; me refiero a los dos testigos. Finalmente en este mismo capítulo once, se da la revelación que trae, el sonar de la séptima y última  trompeta. 


El templo de Dios en Jerusalén

"Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de medir, y se me dijo: Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él. Pero el patio que está fuera del templo déjalo aparte, y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles; y ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses."   Apocalipsis 11:1-2

Este capítulo once inicia con una referencia importante de notar. Me refiero al templo de Dios que Juan menciona. Actualmente (agosto 2020), no existe un templo de Dios en Israel. Por lo tanto, es de suponer que para este tiempo que menciona Juan, ya se construyó el esperado tercer templo. Por lo general, se hace referencia a tres templos, pero la Biblia nos menciona cinco templos. Por favor, permítanme ubicarnos en la historia. El primer templo fue construido por Salomón, y Nabucodonosor lo destruyó en el año 587 a. de J.C.; el segundo templo fue construido por Zorobabel y Antíoco Epífanes lo profanó, y lo consagró a Júpiter en el año 168 a. de J.C.; también la Biblia nos menciona el magnífico templo de Herodes, el cual fue destruido en el año 70 d. de J.C., por el emperador romano Tito. El cuarto templo que menciona la Biblia, es el que menciona en este capítulo, el Apóstol Juan. El cual, se considera por los eruditos, será construido por mediación del anticristo. Y finalmente, el quinto templo mencionado en la Biblia, se trata del templo del milenio, según lo descrito por el profeta Ezequiel en los capítulos del 40 al 47.

Como mencioné anteriormente, en la actualidad no existe templo de Dios en Jerusalén. Según la tradición judía, el templo ocupaba el espacio donde, en la actualidad se encuentra la Cúpula de la Roca, el tercer lugar sagrado para los musulmanes. Pensar en construir un templo de Dios en ese lugar, es casi imposible, con el ambiente político actual. Recientemente, eruditos judíos, que han estudiado este tema a fondo, consideran que el espacio exacto donde estuvo el templo, está situado al norte de la Cúpula de la Roca. Lugar donde sí, sería posible su construcción. Según estos eruditos, el atrio del templo se ubicaba en la zona de la Cúpula de la Roca, lo cual coincidiría con este texto de Apocalipsis, donde se le dice a Juan que no lo mida, porque ha sido entregado a los gentiles.

Volviendo al texto de Apocalipsis 11, el relato de Juan, nos dice que él recibió una caña semejante a una vara de medir, posiblemente del mismo ángel fuerte, mencionado en el capítulo anterior; y se le dijo que midiera el templo de Dios. Esta referencia es similar a lo descrito por el profeta Ezequiel, en la referencia antes mencionada. Sin embargo, existe una diferencia entre los dos relatos, ya que a Juan se le indica que no mida el patio que está fuera del templo; la razón de esto, es que esa parte le fue dada a los gentiles por cuarenta y dos meses, lo que equivale a 1.260 días, que es lo mismo que 3,5 años.  

Estas referencias de tiempo, nos ubican en la mitad de la gran tribulación.  Con base en lo anterior, habría que suponer que este templo ya tiene que estar construido para el inicio de la gran tribulación, ya que por tres años y medio, el atrio del templo estará en poder de los gentiles. Los estudiosos de estas profecías, concuerdan en que el anticristo será el promotor de la construcción de este templo. Este pensamiento tiene lógica, si consideramos que la profecía en Daniel (ver estudio de Daniel 9) nos hace referencia al pacto que el anticristo hará con los judíos; una de las formas en ganar el favor de los judíos, es precisamente construirles el ansiado templo. Por lo tanto, podemos suponer que en los primeros días del anticristo, antes de recibir el poder mencionado en el primer sello, ya se estará en la construcción del mismo.¿Cuánto tiempo demora una construcción de este tipo? Para el primer templo de Dios, Salomón necesitó de aproximadamente, siete años para su construcción total. En la actualidad, es posible que se tome mucho menos tiempo, si fueran los chinos los encargados, seguramente en unos meses estaría listo.


Los dos testigos

"Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio. Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que están en pie delante del Dios de la tierra." Apocalipsis 11:3-4

Después de la medición del templo de Dios, el relato bíblico nos habla de dos testigos que profetizarán por espacio de 1.260 días, otra vez esta cifra, que ya vimos, equivale a 42 meses ó 3,5 años. Por lo tanto, aunque la mención de estos dos testigos, se hace a la altura de este capítulo once; vemos que su periodo de acción cubre la primera mitad de la gran tribulación. Entonces, es lógico pensar que, su aparición será al inicio de la misma. 

Sobre la identidad de los dos testigos, hay mucha discusión. Algunos sostienen que, por la características de las señales que harán, serán Elías y Moisés. Otros piensan que puede ser Elías y Enoc y una tercera posición es que, pueden ser personas que Dios levanta para ese tiempo y que no están relacionados con personajes anteriores. También existe una posición espiritual o alegórica que identifican a los dos testigos como el Antiguo y Nuevo Testamentos. 


Moisés y Elías

Como ya lo mencioné, los que sostienen que los dos testigos son Elías y Moisés, se basan en las características de las señales que ellos harán.  Apocalipsis 11:6 dice que ellos tendrán poder para cerrar el cielo. Esta señal fue realizada por Elías, cuando oró y no llovió por más de tres años. Continúa diciendo Apocalipsis 11:6 que también tendrán poder para convertir el agua en sangre y para herir la tierra con plagas. Estas señales fueron realizadas por Moisés.

Sin embargo, existe un problema con Moisés; la Biblia nos dice que Moisés murió, según el relato de Deuteronomio:
"Y murió allí Moisés siervo de Jehová, en la tierra de Moab, conforme al dicho de Jehová." Deuteronomio 34:5

La Biblia claramente nos dice, que está establecido que el hombre muera una vez:

"Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio." Hebreos 9:27

Por lo tanto, si ya Moisés murió, no puede ser uno de los dos testigos, pues ellos serán asesinados por el anticristo y sus cuerpos serán exhibidos en Jerusalén. Y como ya vimos, el hombre solo puede morir, físicamente, una vez.

"Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá y los matará. Y sus cadáveres estarán en la plaza de la grande ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado." Apocalipsis 11:7-8

 En el caso de Elías, sabemos que Dios se lo llevó en un torbellino:

"Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino." 2 Reyes 2:11

Esta expresión, Elías "subió al cielo", debemos analizarla. Si por "cielo" entendemos la morada de Dios, entonces, Elías debió ser transformado; pues su cuerpo humano no era apto para entrar al cielo, pues la Biblia es clara cuando dice que carne y sangre no heredarán el reino de Dios:

"Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción."        I Corintios 15:50

Tenemos entonces que, Elías tuvo que experimentar una transformación de su cuerpo humano, para poder entrar al cielo. Si eso no fue así, entonces la referencia de cielo, es simplemente que fue elevado hacia las nubes. Si fue así, no vio la muerte, pero entonces no está en el cielo; ¿Dónde está entonces? La Biblia no nos lo dice, pero yo tengo una teoría personal, la cual explicaré en el segmento siguiente, al final de esa sección.

El profeta Malaquías en su libro, nos dice que el profeta Elías será enviado, antes de que venga el día de Jehová, grande y terrible. Esto puede ser literal y tratarse verdaderamente de Elías; o puede tratarse de otro, con el espíritu de Elías, como fue el caso de Juan el Bautista. De quien dijo Jesús, que era el Elías que había de venir.

"He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible." Malaquías 4:5


Elías y Enoc

Como vimos anteriormente, la segunda teoría en cuanto a la identidad de los dos testigos, es que se trata de Elías y Enoc. El caso de Elías, ya lo analizamos, ahora veamos el caso de Enoc. La Biblia nos dice que Dios se llevó a Enoc, pero no nos dice a dónde:
"Y fueron todos los días de Enoc trescientos sesenta y cinco años. Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios." Génesis 5:23-24

A la edad de trescientos sesenta y cinco años, Enoc desapareció de la tierra y nos dice el libro de Génesis, que Dios se lo llevó. Algunos detractores de esta posición, enfatizan que Enoc murió, pero recordemos que los nombres en la Biblia se repiten. Pero podemos estar seguros de que este Enoc no murió, porque así lo dice la misma Palabra de Dios:

"Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios."  Hebreos 11:5

Esta posición nos deja con dos posibles candidatos, para ser los dos testigos. Ya que tanto Elías como Enoc, no murieron; y si no fueron transformados sus cuerpos, para estar en el cielo con Dios, son candidatos idóneos para este fin. Después de su comisión, serán asesinados por el anticristo, cumpliendo así lo estipulado en Hebreos 9:27, anteriormente mencionado. Aquí les voy a manifestar, que mi opinión personal, se identifica con esta posición, de creer que los dos testigos son Elías y Enoc.

Ahora les voy a explicar mi teoría, en cuanto al lugar donde se encuentran Elías y Enoc. Partiendo del supuesto de que ambos están vivos. Y que no fueron transformados sus cuerpos, y están esperando para aparecer en Jerusalén, durante la gran tribulación. Solamente hay una posibilidad del lugar donde podrían estar. Ese lugar sería, en el Huerto del Edén. Este es un lugar especial, donde fueron puestos Adán y Eva al principio. En este lugar, tenían comunión con Dios y el tiempo parecía que no existía, pues era un presente contínuo en la presencia de Dios. Imagino este lugar como lo más cercano al cielo, la morada de Dios. Cuando Adán y Eva pecaron, fueron sacados del Edén, pero no dice la Biblia que ese lugar haya desaparecido. En mi teoría, estimo que ese lugar está oculto al ojo humano, algo así como un lugar espiritual, en otra dimensión. Allí, Elías y Enoc han sido sustentados por Dios y ellos han estado desapercibidos del correr del tiempo. Cuando Dios les llame, aparecerán en Jerusalén usando sus vestimentas antiguas. 


Nuevos personajes

Por último, la tercera posición de algunos estudiosos, es que, los dos testigos son personajes totalmente nuevos, que no están relacionados con ningún profeta o patriarca de la antigüedad. Sino que se trata de personas nuevas, que Dios levanta durante la gran tribulación; con una misión especial.  En este caso, no voy a especular nada, pues es obvio que no sabría de quiénes se trata.


Los dos olivos y los dos candeleros

Después de estudiar sobre las posibles identidades, de los dos testigos; el texto continúa mencionado que ellos son los dos olivos y los dos candeleros:
"Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que están en pie delante del Dios de la tierra. Si alguno quiere dañarlos, sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos; y si alguno quiere hacerles daño, debe morir él de la misma manera. Estos tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en los días de su profecía; y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran." Apocalipsis 11:4-6

La mención a los dos olivos y los dos candeleros, hacen referencia al profeta Zacarías y lo mencionado en los capítulos 4 y 5 de ese libro. En la profecía de Zacarías, los olivos son un símbolo del aceite con el que se ungía, tanto al Sumo Sacerdote, como al Rey o Líder Civil. También el aceite se usaba en las lámparas, de ahí los dos candeleros. En Apocalipsis, tanto los dos olivos como los dos candeleros, se refieren al Mesías (quien es Sumo Sacerdote y Rey); por lo tanto, el mensaje que estos dos testigos traen al pueblo de Israel, está relacionado con Jesús como el Cristo, el Mesías prometido, el cual ya vino y ellos rechazaron.

Dios le dará poderes a estos dos testigos, de tal forma, que si les quieren hacer daño, fuego sale de sus bocas y devora a sus enemigos y si alguno quiere hacerles daño, morirá de la misma manera. Esto puede ser simbólico, haciendo referencia al poder de la Palabra de Dios, pero también puede ser literal, Dios enviando fuego para consumir a los enemigos de los dos testigos.

Lo relacionado con los poderes que mostrarán, ya lo comenté anteriormente, que esto es lo que hace que algunos piensen en Elías y Moisés.


Los dos testigos y la bestia

"Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá y los matará."  Apocalipsis 11:7

Una vez que los dos testigos cumplan con su cometido, y hayan comunicado su mensaje, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos y los matará. El que la bestia logre matarlos, es porque Dios se lo permitirá. Esta bestia sube del abismo, lo que puede asociarse con Apolión o Abadón. Lo cierto es que un ser demoníaco los mata.
"Y sus cadáveres estarán en la plaza de la grande ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado. Y los de los pueblos, tribus, lenguas y naciones verán sus cadáveres por tres días y medio, y no permitirán que sean sepultados."  Apocalipsis 11:8-9
Después de ser asesinados, los cadáveres de los dos testigos son puestos en la plaza de Jerusalén, se deduce esto, porque fue allí donde el Señor fue crucificado. Una vez muertos los dos testigos, serán exhibidos por tres días y medio, y no se permitirá que sean sepultados; y toda la humanidad los vera. En la época de Juan, y en la antigüedad, no se entendía cómo sería esto posible, y se pensaba en que seguramente Dios haría un milagro. Hoy esto es posible gracias a la televisión vía satélite.
"Y los moradores de la tierra se regocijarán sobre ellos y se alegrarán, y se enviarán regalos unos a otros; porque estos dos profetas habían atormentado a los moradores de la tierra." Apocalipsis 11:10
El relato de este capítulo de Apocalipsis, nos describe una actitud lamentable. Lejos de arrepentirse, los moradores de la tierra, se regocijan y se alegran, por la muerte de los dos testigos. Pues su mensaje, lejos de llegarles a tocar su corazón, los atormentaba. La muerte de los estos profetas fue ocasión de enviarse regalos unos a otros.
"Pero después de tres días y medio entró en ellos el espíritu de vida enviado por Dios, y se levantaron sobre sus pies, y cayó gran temor sobre los que los vieron. Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en una nube; y sus enemigos los vieron. En aquella hora hubo un gran terremoto, y la décima parte de la ciudad se derrumbó, y por el terremoto murieron en número de siete mil hombres; y los demás se aterrorizaron, y dieron gloria al Dios del cielo. El segundo ay pasó; he aquí, el tercer ay viene pronto." Apocalipsis 11:11-14
Al cabo de tres días y medio, Dios envía el espíritu de vida a los dos testigos; y estos se levantan y un gran temor sobrecogió a los que los vieron. una gran voz del cielo es escuchada y les dice que suban al cielo. Los dos testigos suben en una nube y todos sus enemigos los vieron. De inmediato se da un gran terremoto que destruye la décima parte de la ciudad. Debido al terremoto, siete mil hombres mueren y otros se aterrorizan, ahora sí, dan gloria al Dios del cielo. Con este acontecimiento se cierra el segundo ¡Ay! y el tercero está por venir.


La séptima trompeta

Después del interludio, viene ahora el toque de la séptima y última trompeta. A diferencia de las anteriores trompetas, ésta no anuncia ningún juicio.
"El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos. Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus tronos, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios, diciendo: Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado." Apocalipsis 11:15-17
Con el sonar de la séptima trompeta, a pesar de que aún no se ha manifestado el reino de Jesucristo en la tierra; en el cielo ya se da como un hecho consumado. Los veinticuatro ancianos se postran delante de Dios y agradecen ese hecho.  La oración que tanto hemos repetido en el Padre Nuestro, "Venga a nosotros tu Reino", se ha cumplido. El Reino de Justicia y Paz de Jesucristo, es un hecho confirmado en el cielo y por ello hay júbilo. A pesar de que, será hasta el final de la gran tribulación, que el Reino de Cristo se establezca. Con este sonar de la última trompeta se nos adelantó la noticia.


La venida del Señor

El texto de Apocalipsis continúa con la mención de cinco eventos previos a la venida del Señor:
"Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra." Apocalipsis 11:18


Primer evento: "Se airaron las naciones". Sabemos que en la actualidad el hablar de Dios no es algo que sea muy popular. Por siglos, el mundo ha rechazado la Biblia y sus enseñanzas. La cantidad de verdaderos cristianos, es poca, en relación con la población mundial. Por lo tanto, las naciones no quieren que Cristo reine y mucho menos los poderosos de la tierra.


Segundo evento: "tu ira ha venido". Ante la ira de las naciones, Dios tiene su respuesta. Él ha sido un Padre amoroso, que ha intentado rescatarlos de la esclavitud del pecado. Envió a su propio Hijo Jesús, a morir en una cruz, para darles vida y salvarles de la condenación eterna, sin embargo no quisieron. La respuesta de la humanidad fue airarse contra el Señor. Por tal motivo, la ira del Señor vino sobre ellos. No confundir la ira humana con la ira de Dios. La primera, la ira del hombre, es malvada y pecaminosa; mientras que la segunda, la de Dios, es santa y actúa en justicia.


Tercer evento: "el tiempo de juzgar a los muertos". La misericordia de Dios ha sido paciente, esperando el arrepentimiento de la humanidad. Pero ya el tiempo se acabó, la hora del juicio ha llegado. Este tercer evento hace referencia al juicio ante el gran trono blanco, que menciona Apocalipsis 20.

Cuarto evento: "dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes". La Biblia menciona que el trabajo para el Señor no es en vano. Por tal motivo, Dios reconocerá generosamente el servicio realizado para Él. Así sea el creyente más humilde, todos los santos recibirán su galardón. En el capítulo 22 de Apocalipsis, el Señor dice: 

"He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra."  Apocalipsis 22:12


Quinto evento: "destruir a los que destruyen la tierra". Cuando Dios creó al hombre, le dió poder sobre toda la creación. La ambición desenfrenada del hombre, lo llevó a destruir la creación de Dios. La tala indiscriminada de los bosques, la explotación desmedida de los recursos minerales, la cacería cruel de las criaturas del bosque y la selva, lo que ha  ocasionado la extinción de varias especies. La contaminación de los océanos, el aire, los ríos, la explotación de los suelos, irrespetando las leyes de Dios. Todo esto será juzgado por Dios y el castigo vendrá sobre los que destruyeron la obra de Dios.



El cielo abierto

Finalmente, el capítulo once nos relata una imagen del cielo donde el templo de Dios fue abierto:
"Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo." Apocalipsis 11:19

Recordemos que cuando Dios le pidió a Moisés, construir el Tabernáculo; le fue mostrado el modelo del cielo. Ahora en este versículo diecinueve, se muestra ese templo de Dios en el cielo, y el arca de su pacto dentro del templo. 


Una nueva sección se introduce

Con el toque de la séptima trompeta, una nueva sección da comienzo. La recta final para el establecimiento del reino de Dios en este mundo. Si lo notó, en las ocasiones anteriores, cada sección inicia con una visión del cielo abierto. Hagamos un breve repaso:

El trono de Dios

En Apocalipsis 4, Juan vio una puerta que se abría en el cielo. Es llamado a subir y al hacerlo, pudo admirar el trono de Dios. Luego de esta visión, se abre el rollo y comienzan los juicios sobre la tierra.

El altar del incienso

En Apocalipsis 8, se da la segunda visión. Juan observa el altar del incienso y a un ángel con un incensario de oro. Recordemos que el incienso representa las oraciones de los santos. Los juicios de las trompetas inician para hacerles justicia a los santos.

El arca del pacto

En Apocalipsis 11, se da la tercera visión del cielo y ahora la atención se centra en el arca del pacto. Dios envía nuevos juicios sobre la tierra, pero esta vez, están relacionados con el arca del pacto.



El arca del pacto en el cielo se hace visible

Muchos han tratado de encontrar el arca del pacto. Aquella arca que el pueblo de Israel tuvo dentro del Lugar Santísimo, en el Tabernáculo. Mientras anduvieron por el desierto, no tuvieron templo. Cuando Salomón construyó el primer templo, el arca del pacto fue puesto en él. Cuando el templo fue destruido por Nabucodonosor, el arca se perdió. En este capítulo, Juan ve en el cielo el arca del pacto, dentro del templo de Dios.

Al inicio de este capítulo, vimos a Juan que se le da una caña de medir y se le pide medir el templo de Dios, el altar y a los que adoran en él. Al final del capítulo, se da una visión del templo celestial. Ambos templos están relacionados, porque de este modelo celestial, Moisés hizo el Tabernáculo.

Recordemos que la presencia de Dios con su pueblo, se simbolizaba con el arca. Dios dijo que Él habitaría en medio de los Querubines que estaban en el Propiciatorio del arca. El arca del pacto se ubicaba dentro del Lugar Santísimo, lugar donde solo el Sumo Sacerdote podía entrar, una vez al año. Pero en la visión de Juan, el arca del pacto, está visible en el cielo, debido a que Cristo derribó la pared de separación.


El pacto de Dios 

Notemos que el arca del cielo, se identifica como el arca de su pacto. Ahora, recordemos que Dios hizo varios pactos, los cuales vamos a recordar brevemente a continuación:

Pacto con Abraham

El pacto que Dios hizo con Abraham y su simiente, garantiza a Israel, su posición en la tierra prometida, la tierra de Canaán.
"En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates" Génesis 15:18

Por esta razón, Israel llegará a ocupar toda la tierra de Canaán, incluso el territorio que actualmente ocupa Cisjordania, Palestina y hasta el río Eufrates.  Cabe aclarar, que los árabes, también son descendientes de Abraham; pero el pacto es con el hijo de la promesa, Isaac, no Ismael. Por lo tanto, los ismaelitas (árabes) descendientes de Abraham, no son parte del pacto.

Ahora bien, hay otra aclaración pertinente de hacer; de acuerdo con el Apóstol Pablo, el pacto con Abraham se hace extensible a los gentiles. Esto es por la fe, ya que esa fe, es la que aplica para ser llamados Hijos de Dios, por la simiente de Abraham, Cristo Jesús. 

"Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros" Romanos 4:16


Pacto del Sinaí

Muchos años después de Abraham, Dios hizo un pacto con el pueblo de Israel. Cuando Dios sacó a Israel de la esclavitud de Egipto, los llevó al Monte Sinaí. Mediante la intermediación de Moisés, Dios hizo un pacto con el pueblo, mediante la Ley. En este pacto, había condiciones que tendría que cumplir el pueblo de Israel y otras que Dios cumpliría. Pero rápidamente, el pueblo rompió el pacto, perdiendo los derechos y bendiciones del mismo.


El nuevo pacto

Debido al incumplimiento del pacto del Sinaí, Dios hizo un nuevo pacto. Este otro pacto, era diferente al anterior, ya que no dependía de la obediencia del hombre; no se basaba en las obras de la ley, sino en la Gracia de Dios.  Este nuevo pacto, es el pacto de la Sangre de Jesucristo; por lo tanto, ya no solo incluye a los judíos, sino también a los gentiles que hemos puesto nuestra confianza en Jesús, como nuestro Señor y Salvador. Precisamente, este pacto lo recordamos los creyentes, a la hora de celebrar la segunda ordenanza dada a la iglesia; la cena del Señor.
"Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados." Mateo 26:27-28


El pacto con David

Existe este otra pacto, que fue específico con el rey David. En este pacto, Dios prometió a David que, un hijo suyo se sentaría en el trono del mundo y reinaría por la eternidad. No reinaría solamente sobre Israel, sino sobre todo el mundo.
"Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente." 2 Samuel 7:16

Debido a este pacto, vendrán también juicios, pues el anticristo estará ocupando un trono que no le pertenece. Los juicios vendrán para destituir al usurpador del trono, y entregarlo al Mesías, a Jesucristo quien es la persona que dará cumplimiento a este pacto.


Conclusión

De igual manera que, en los casos anteriores donde el cielo se abrió; al final de este capítulo once, previo a los juicios de las copas; hay relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo. Los cuales anuncian los juicios venideros.

Con esto concluimos el estudio del capítulo once de Apocalipsis. Espero que les haya sido de bendición y se hayan aclarado algunas dudas. Próximamente estaremos iniciando con el estudio del capítulo 12. Hasta entonces, bendiciones!